La atleta española Ruth Beitia, triple campeona de Europa, afrontará el sábado la final olímpica de altura "en un estado de forma increíble, disfrutando a sus 37 años de "la última oportunidad" de cumplir su sueño de la medalla olímpica: "Más no le puedo pedir a la vida", afirma.
"Feliz, ya estoy en la final. Ahora a seguir soñando despierta y seguir trabajando porque llaga la última oportunidad. El sábado, a dar lo máximo. Me he visto fenomenal, la pista increíble, rápida, como a mí me gusta. Los entrenamientos han sido muy buenos aquí, muy buenas técnicas, y tengo ganas de que llegue la final. Hoy la calificación ha sido fantástica", declaró a EFE.
La plusmarquista español apunta que el nivel de la final "va a estar olímpico" porque -explica- "que en una calificación, con la marca que se exige (1,94), pasen quince es una pasada. Se veía a todas muy motivadas, son unos Juegos Olímpicos y esto ocurre sólo cada cuatro años".
Las condiciones meteorológicas de Río le recuerdan a su tierra, Cantabria. "Yo vivo en Santander. Quizá no hace tanto calor aquí, pero la humedad es la misma. Me siento como en casa, qué más puedo pedir".
Sobre sus rivales apuntó que "están bien y en la final puede pasar cualquier cosa, hay que respetar a todas" y auguró que para ganar medalla "habrá que saltar dos metros o más".
"Todas hemos llegado al cien por cien", aseguró. "Después del Europeo de Amsterdam tengo todavía esas ganas de celebración contenida, pero por lo pronto voy a echarme una siesta bastante grande porque ayer me despertó un viento fortísimo en la Villa Olímpica y hoy me he levantado a las 5.45".
Después de la siesta, la triple campeona de Europa se pondrá en manos de los masajistas -"los servicios médicos de la Federación son increíbles", recalca, "y mañana (víspera de la final) relax total. No hago nada el día antes de la prueba. No lo necesito porque estoy bien".
En cuanto a la alimentación en la Villa Olímpica, sólo pone un reparo: su monotonía. "Me alimento a base de pollo y salmón, pollo y salmón, pero buen, es quejarte por quejarte. Yo soy más de pescado, estoy criando escamas de tanto comer salmón".
Reiteró que está ante su última oportunidad. "Si hay un momento para que se cumplan mis sueños, es el sábado, porque ya no me quedarán más oportunidades. Espero tener un buen momento en la final, pelear como siempre y disfrutar. Me lo estoy pasando fenomenal compitiendo y sin ningún tipo de presión".
"Es la última", insistió. "Con 41 años no me veo en los próximos Juegos Olímpicos. La vida ha sido muy generosa conmigo, me ha dado una segunda oportunidad, me lo estoy pasando mejor que nunca, pero esto hay que dejarlo cuando estás al cien por cien, en una situación plena. Es la última oportunidad en unos Juegos, pero eso no implica que me ponga un muro entre el listón y yo", advirtió.
Con el trabajo bien hecho, Beitia se enfrenta con optimismo a su última final olímpica. "Adoro competir, tengo 37 años, estoy en un estado de forma increíble. Más no le puedo pedir a la vida, como para meterle presión".