De Brigitte Yagüe a Eva Calvo
Hace menos de un año, en octubre de 2015, la mallorquina Brigitte Yagüe convocó a los medios de comunicación para balbucir una de las decisiones más trascendentes de su vida.
El sufrimiento motivado por "la pérdida de la ilusión, la motivación y las ganas de ganar", según confesó entonces, precipitó el anuncio de su retirada y, con ella, su renuncia a un último intento por mejorar la plata obtenida en los Juegos de Londres 2012.
Ese éxito, el más notorio en el brillante historial deportivo de Brigitte Yagüe, acaeció en una de las treguas que le concedieron los problemas físicos, obstáculos insalvables y que con intermitencia se sucedieron desde el año 2007.
El 28 de diciembre de aquel año se golpeó la mano durante un entrenamiento.
La posterior operación quirúrgica truncó no solo la posibilidad de perseguir meses después en la capital china la presea olímpica, sino que le hizo divisar erróneamente el fin de su carrera.
Después de esa fecha, sin embargo, la balear siguió acumulando victorias en Campeonatos del Mundo y de Europa.
Los títulos mundiales de 2003, 2007 y 2009 y los campeonatos continentales de 1998, 2002, 2004 y 2008 le pertenecen. A ellos suma una plata (2005) y un bronce (2012) europeos, además de dos subcampeonatos mundiales, en 2001 y 2005, y un tercer puesto en los Campeonatos del Mundo de China 2011.
En el sendero que le señala como heredera de Brigitte Yagüe y que, por rendimiento, debería conducirle hasta un lugar preeminente en la historia del taekwondo femenino español se sitúa ya la madrileña Eva Calvo, con numerosas distinciones internacionales.
La mayor de las hermanas Calvo ganó el Campeonato de Europa de 2014, disputado en Bakú.
En la capital de Azerbaiyán obtuvo un año más tarde la medalla de bronce en la primera edición de los Juegos Europeos.
El bronce y la plata cosechados en los Mundiales de Puebla (México) y Cheliábinsk (Rusia) en 2013 y 2015 corroboran el excelente nivel de la pupila de José María Martín del Campo 'Xixo', quien fue plata en el reto de mayor exigencia: este 18 de agosto en el Arena Carioca 3 se estrenó en una cita olímpica.
La condición de debutante no pesó en la mentalidad de la deportista de Leganés, quien en las últimas semanas siguió una estricta dieta para llegar en peso y en forma a Río de Janeiro.
No quería que una bajada brusca de kilos mermara su nivel. De ahí su empeño en perder volumen de manera progresiva.
Aupada por la estadística que la sitúa como vencedora en el 78 por ciento de sus envites, la madrileña compartió su sueño olímpico con su hermana Marta, a quien una decisión de los jueces dejó a dos combates de la clasificación para los Juegos de este verano.
Dada su edad -tiene 19 años-, la Real Federación Española de Taekwondo aguardaba su eclosión cuatro años más tarde, en Tokio 2020. Marta se adelantó a los pronósticos con la consecución de la medalla de plata en los Mundiales de Rusia 2015 y, aunque se quedó a las puertas de merecer el derecho a competir en los Juegos Olímpicos, sí viajó a la ciudad brasileña.
Como suplente de su hermana Eva vibró en una jornada en la que se esperaba al menos una medalla. Su medalla. Aunque finalmente fueron dos, con el bronce de Joel González (menos de 68).
Porque las expectativas alrededor de Eva Calvo eran esas: relevar a Brigitte Yagüe en el podio olímpico y contribuir a otra participación histórica del taekwondo español en unos Juegos.
En la cita olímpica de Londres 2012, tres de los diecisiete metales logrados por la delegación española respondieron a esta disciplina. Joel González, que repitió en Río, se proclamó campeón mientras que Nico García y Brigitte Yagüe fueron subcampeones.
El lugar del canario, a quien un grave accidente de moto apartó de la competición, fue ocupado por el prometedor Jesús Tortosa, gran baza para el futuro más inmediato de esta modalidad junto a las mencionadas Eva y Marta Calvo.