Usain Bolt se arrodilló y besó la pista azul del estadio Olímpico de Engenhao tras conseguir, como miembro del relevo jamaicano 4x100, su novena medalla de oro olímpica y la tercera en los Juegos de Río.
El velocista más grande de todos los tiempos agradeció al cielo su nueva victoria, con la que consumaba su tercer triplete olímpico, y palmeó el número 3 que marca el tercer carril en la línea de meta para destacar el número de oros que se lleva a casa.
El público premió su demostración con sus gritos repetidos habituales de "U-Saint-Bolt" que le ha venido dedicando al jamaicano desde el primer día en que compitió en el estadio Olímpico.
Bolt clausuró hoy en Río su trayectoria olímpica dejando a su paso nueve medallas de oro olímpica, igualando la cuenta de Paavo Nurmi y Carl Lewis.