Tras la conquista de la medalla de bronce en el Eurobasket de 2015 disputado en Hungría y Rumanía el seleccionador Lucas Mondelo subrayó la importancia de aquella presea, la décima en el contador de éxitos del baloncesto femenino español, por haberla conseguido sin su particular 'Pau Gasol'.
Se estaba refiriendo a la pívot Sancho Lyttle, la "estrella" que en los últimos años ilumina el sendero de una generación histórica.
Se aguardaba su participación en los Juegos Olímpicos de Río 2016, pero el infortunio reapareció en su camino y en el del equipo.
La jugadora de origen caribeño se fracturó, a pocas semanas del comienzo de la cita carioca, el quinto metatarsiano del pie derecho durante un partido de la WNBA.
La magnitud de su ausencia la resumió Anna Cruz en su primera comparecencia en la zona internacional de la Villa Olímpica. Sin ella sobre el parqué, remarcó, las doce componentes de la selección se veían "físicamente inferiores" a otras selecciones.
Prorrogar la etapa gloriosa que el baloncesto femenino español vive desde su triunfo en el Eurobasket de 2013 se antojaba, por esta razón, más difícil.
En los Juegos Olímpicos de Río 2016, sin embargo, el cuadro dirigido por Mondelo volvió a fotografiarse en el podio pese a haber visto modificadas seis de las doce piezas que hace tres años brillaron en Francia, en el torneo que supuso el adiós de Amaya Valdemoro y de Elisa Aguilar.
En ese tiempo, afirmó el preparador en una conversación con EFE, "España se ha ganado el respeto de todo el mundo del baloncesto".
Lo logró a base de éxitos: al oro en el Eurobasket de Francia 2013 le siguió una plata en el Mundial de Turquía 2014; en el evento continental de 2015 el combinado español se adueñó de la medalla de bronce; y, ya en Río de Janeiro, saboreó la presea plateada.
Esa es la primera en unos Juegos Olímpicos tras los quintos puestos de Barcelona 1992 y Pekín 2008.
En Atenas 2004, las españolas fueron sextas.
El salto a la segunda posición se produjo con los conceptos de grupo, manada y familia como punto de partida.
Son ésas las tres palabras que Lucas Mondelo rescata para definir a una selección que, bajo su prisma, "se parece más a un equipo".
Así respondieron a la ausencia de Sancho Lyttle.
La actuación coral no bastó para comprometer esta vez el triunfo de la escuadra estadounidense en la final, pero sí para merecer la segunda plaza en Río de Janeiro.
Doce amigas que se divierten jugando al baloncesto antepusieron el éxito común al individualismo y clausuraron su participación en Brasil como las doce protagonistas de una plata histórica.
Laia Palau, Silvia Domínguez, Leticia Romero, Alba Torrens, Anna Cruz, Marta Xargay, Leonor Rodríguez, Astou Ndour, Laura Nicholls, Lucila Pascua, Laura Quevedo y Laura Gil fueron las responsables del mayor logro olímpico del baloncesto femenino español.
Río de Janeiro, sin embargo, es solo "una parada más en el camino". "El ciclo no se acaba. El grupo todavía tiene hambre, cada año se reinventa, cada año vuelve a empezar de cero. Además, la mayoría son jugadoras con trayectoria y de abajo nos llega alguna jugadora con calidad. Hemos conseguido una final olímpica, pero ahora hay un Europeo el año que viene y un Mundial", cerró Mondelo.