La española Ruth Beitia, la mayor de las 17 finalistas con 37 años, pudo al fin ver realizado el sueño de su larga carrera deportiva al proclamarse campeona olímpica de altura con un salto de 1,97 metros.
La búlgara Mirela Demireva y la croata Blanka Vlasic, que saltaron lo mismo que la española, pero con más fallos, la acompañaron en ese orden en el podio.