El fuerte aguacero que castigó a Río de Janeiro la noche de este domingo y el viento que derrumbó hasta cercas de seguridad del estadio de Maracaná aguaron la fiesta de la clausura de los Juegos Olímpicos organizada en el llamado Bulevar Olímpico, en el centro de la ciudad.Pese a que cientos de personas, en su mayoría con paraguas, insistieron en permanecer frente a los palcos con grupos musicales y a las pantallas gigantes instaladas en el paseo marítimo del puerto de Río de Janeiro para seguir por televisión la clausura de los Juegos en el legendario estadio Maracaná, miles desistieron y prefirieron regresar a sus casas.
La lluvia y el viento impidieron que la multitud esperada por la alcaldía de Río de Janeiro participara en la fiesta organizada para los aficionados para despedir el evento deportivo.
La noche del sábado, cerca de un millón de personas pasó por el bulevar olímpico para ver el partido en el que Brasil conquistó su inédito oro olímpico en fútbol frente a Alemania.
Tampoco apareció la multitud esperada en la plaza de la Candelaria, también en el centro, para asistir a la fiesta con la que se conmemoraría el momento en que se apagaría el pebetero olímpico instalado en la zona.
La lluvia y los vientos también dificultaron la llegada de los aficionados al Maracaná.
Los ventarrones llegaron a derrumbar gradas de seguridad y hasta algunos reflectores en las afueras del legendario estadio carioca.
Calles a oscuras por un apagón, el cierre de una puerta del estadio debido a los daños causados por el viento y la lluvia impidieron que muchas personas entraran a tiempo al espectáculo.
Poco antes de que la lluvia aguara la fiesta, el Gobierno brasileño anunció que el Bulevar Olímpico, como fue bautizado el paseo marítimo de tres kilómetros en el totalmente revitalizado puerto de Río de Janeiro y que es considerado uno de los principales legados olímpicos, se había convertido en el lugar turístico más visitado de la ciudad.
El paseo, que agrupa nuevas atracciones como el Museo del Mañana, una obra del arquitecto español Santiago Calatrava, recibió en las dos últimas semanas más visitantes que el propio Cristo Redentor en la cima del Corcovado y que el propio Pao de Açucar, las dos mayores atracciones turísticas de esta ciudad brasileña.
El Bulevar fue convertido en el principal escenario para las fiestas organizadas para los aficionados durante los Juegos Olímpicos y fue escenario de numerosas presentaciones musicales y artísticas.