La candidatura de Roma para acoger los Juegos Olímpicos de 2024, defendida por el Comité Olímpico Italiano como una oportunidad para devolver a la ciudad a la elite del deporte mundial, se aleja con el paso de los días ante el "no" del Movimiento Cinco Estrellas, que gobierna en el Ayuntamiento romano.Andrea Montolivo
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, ya avanzó en junio que las Olimpiadas no eran "una prioridad" para la capital italiana y que por tanto su postura por el momento era de total oposición a que la Ciudad Eterna presentase su candidatura para albergar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024.
Fue un jarro de agua fría tanto para el Gobierno de Matteo Renzi como para el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI), que hasta entonces habían mostrado un gran optimismo porque la ciudad pudiera ser el centro de todas las miradas del deporte a nivel internacional.
Tanto Renzi como el comité promotor ven en las olimpiadas una ocasión irrepetible, tanto deportiva como económica, ya que generarían puestos de trabajo y mejorarían los servicios de una ciudad que necesita reformas.
Sin embargo, en los últimos meses y más recientemente en los últimos días, las polémicas cruzadas entre el Comité, el Ejecutivo italiano y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), del que forma parte Raggi, se han intensificado.
El consistorio romano rechaza con fuerza todo tipo de proyectos, alegando que los Juegos harían únicamente los intereses de los privados y alimentarían la corrupción en una ciudad que necesita un gobierno que se centre en las cuestiones fundamentales.
Además, el pasado 7 de septiembre, el diputado del M5S Alessandro Di Battista aseguró en un encuentro organizado por su partido en las proximidades de Roma que no iba a permitir que la organización de los Juegos se convirtiese en "otro comedero" para los empresarios corruptos.
A estas declaraciones se suman las realizadas hoy por el fundador de este movimiento, Beppe Grillo, quien publicó en su blog oficial un mensaje titulado "Olimpiadas en Roma, no gracias".
Ante la negativa del cabildo romano, el CONI ve cómo el sueño olímpico se va desvaneciendo aunque aún no da la candidatura de Roma por perdida, pues ha asegurado que no va a rendirse antes de reunirse con sus opositores para volver a analizar el proyecto.
El presidente del CONI, Giovanni Malagò, y sus colaboradores pidieron el jueves el apoyo de los atletas que ganaron medallas en la última edición de los Juegos de Río, y estos respondieron sosteniendo la candidatura con dos cartas enviadas a la alcaldesa Raggi.
Sesenta y ocho de los 69 atletas que subieron al podio en Río firmaron una misiva en la que recordaron que devolver las olimpiadas a Italia significaría dar un impulso de optimismo a las nuevas generaciones.
"Quien, como nosotros, tuvo la posibilidad de conquistar una medalla en Río, está convencido de que devolver los Juegos a nuestro país y a nuestra capital daría a las nuevas generaciones el necesario optimismo para creer en un futuro mejor", se lee en la carta, que fue publicada por medios locales.
"Usted (Raggi) puede dar un impulso decisivo a nuestros sueños y una razón para ser optimista a todo el deporte italiano", agregaron los atletas.
Las posturas encontradas de los defensores y de los detractores de la candidatura romana están causando importantes polémicas, especialmente en los últimos días, pues falta menos de un mes para el 7 de octubre, el último día disponible para que el Ayuntamiento romano dé una respuesta.
Teóricamente, el CONI podría seguir presentando su candidatura sin el apoyo del Ayuntamiento aunque tanto Malagó como el presidente del comité promotor, Luca Cordero di Montezemolo, ya admitieron en pasado que sería algo inviable, pues conllevaría a una división del país que crearía descontento.
Ante esta situación, el sueño olímpico de Roma va perdiendo fuerza y todos los riesgos y peligros subrayados por los opositores empiezan a prevaler sobre los efectos positivos promovidos por el CONI.
A la espera de que Raggi informe oficialmente al CONI de su decisión, la sensación que existe es de pesimismo y todo apunta a que ciudad de Roma tendrá que esperar todavía varios años antes de volver a vivir unos Juegos, cuando ya se cumplieron 56 años de la edición de 1960.