El atleta indio Mariyappan Thangavelu no olvidará jamás los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en los que, con el dinero que recibirá por su medalla de oro en salto de altura, en la clase T42, lo destinará a una casa en la que vivir con su familia y que será más grande que la actual, que es más pequeña que su habitación en la villa de los deportistas.
El joven atleta indio, nacido hace 21 años en Tamil Nadu, región al sur de la India, ha convivido siempre con la pobreza y de hecho, hasta el año pasado, no tuvo la posibilidad de dormir en una cama por primera vez.
Cuando era pequeño, Thangavelu fue atropellado por un autobús que le aplastó parte de la pierna derecha, le dejó sin posibilidades de mejora con el paso del tiempo y le abocó a una vida que, con la discapacidad, resultaría más compleja en su país.
La madre de Thangavelu intentó, dentro de sus posibilidades, costear un tratamiento médico para su hijo, pero la pobreza en la que vivían le impidió devolver todo ese dinero hasta más de diez años después.
En la India, el importe por medalla que reciben tanto los deportistas olímpicos como paralímpicos es el mismo y por ese motivo las expectativas de un futuro nuevo y mejor se han abierto para Thangavelu y su familia.
Sus intenciones pasan por vivir con su madre y sus dos hermanos en una mejor y montar una academia con la que promover el deporte, su gran pasión.
Bhati Varun Singh, bronce en la misma prueba de salto de longitud que él, se muestra por el Parque Olímpico "orgulloso de su compañero", al que el deporte le ha cambiado la vida para mejor.