El ciclista catalán Juanjo Méndez, que compite sin pierna ni brazo izquierdos encima de la bicicleta, volvió a demostrar en Río de Janeiro, a sus 52 años, que la suya es una verdadera historia de superación con la que abandera al máximo nivel los valores del deporte paralímpico y su pasión por el ciclismo.David Ramiro
Juanjo sufrió un accidente con la moto en verano de 1992. Llevaba a su hermano de paquete, se desmayó e invadió el carril contrario de la carretera con tan mala suerte que impactó contra un coche en el que viajaban cinco personas. Todas salieron ilesas, igual que su hermano, que solo se rompió un pie, pero él se quedó entre la vida y la muerte.
Le dieron por muerto hasta el punto que durante un rato estuvo tapado con la manta de color aluminio que se pone a los fallecidos. Un Guardia Civil se dio cuenta que se movía en la camilla y decidieron trasladarlo a un hospital, al que llegó clínicamente muerto.
En el hospital permaneció veinte días en coma y, al despertarse, lo hizo sin la pierna y el brazo izquierdos, algo que no le impidió retomar con el tiempo su pasión por el ciclismo, afición que compaginaba con su trabajo en una ortopedia antes del accidente, y buscar la manera de volver a subirse a la bicicleta.
Fue gracias a su amigo Bernard Moreno quien le convenció para volver a montar en bici, pese a que en los inicios iba más rápido su entrenador andando que él a las dos ruedas.
En 1996 participó en su primer Campeonato de España, un año después estuvo en el Mundial y en 1999 ganó sus primeras medallas, cuatro de bronce, en los Campeonatos de Europa disputado en la localidad francesa de Bloise.
Todos esos campeonatos le fueron sirviendo de experiencia para cumplir el sueño de los Juegos, que le llegó en Atenas 2004, doce años después de ver por la tele ingresado en el hospital los de Barcelona.
Desde su primera participación en Atenas 2004, Juanjo Méndez acumula cuatro Juegos con el de Río de Janeiro y suma una plata y un bronce en persecución individual en pista, clase LC4, y la plata en la contrarreloj de carretera en Pekín 2008.
En Río, con un tiempo de 30:05.23, finalizó séptimo la contrarreloj masculina en clase C1, disputada en la zona costera de Pontal, que ganó el alemán Michael Teuber.
"Las sensaciones han sido muy buenas. He dado todo, el cien por cien, pero la gente va muy deprisa", confesó Méndez al término de la prueba, sin cerrar las puertas a participar dentro de cuatro años en Tokio.
"No lo sé. Mientras no haga el ridículo aguantaremos. A mí me gusta competir y los Juegos son lo máximo para un deportista, pero no lo sé", declara.
Más allá de resultados, Juanjo Méndez abandera los valores del deporte al máximo nivel y simplemente por su fuerza de voluntad, dedicación, constancia y capacidad de sufrimiento la palabra fracaso y ridículo no debe entrar nunca en su vocabulario.