El presidente del Comité Olímpico Brasileño (COB), Carlos Arthur Nuzman, dijo hoy que Río de Janeiro necesita más tiempo para comenzar a aprovechar el legado deportivo de los Juegos Olímpicos que organizó en agosto pasado, ya que los gestores de las instalaciones tienen que adecuarlas."Londres mantuvo cerrado cerca de un año su Parque Olímpico y el estadio olímpico casi cuatro años. En Río de Janeiro sólo pasaron seis meses y hasta ahora no ha cerrado su Parque Olímpico aunque no lo viene aprovechando", afirmó Nuzman en una rueda de prensa al ser interrogado sobre los "elefantes blancos" en que se convirtieron los estadios e instalaciones construidas para los Juegos Olímpicos.
Los diferentes gimnasios del Parque Olímpico de Río de Janeiro, incluyendo uno de los velódromos más modernos del mundo, permanecen cerrados desde el evento y algunas en malas condiciones, con pozas de aguas de lluvia y material de construcción en sus alrededores.
El estadio Maracaná, prácticamente, no ha sido usado desde los Juegos Olímpicos debido a los problemas en las instalaciones dejados por los organizadores de Río 2016.
De las siete grandes arenas que componen el Parque Olímpico, dos tenían que haber sido desmontadas para ser convertidas en escuelas, lo que aún no ha ocurrido.
Nuzman explicó que el Comité Olímpico Brasileño no puede ser responsabilizado por esos problemas debido a que las diferentes instalaciones pertenecen a la alcaldía de Río de Janeiro y al Ministerio de Deportes.
"El COB no construyó ninguna instalación ni es responsable por gestionar ninguna", aseguró el dirigente, que fue presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos Río 2016.
Agregó que el COB entregó tanto al Ministerio de Deportes como a la alcaldía un proyecto sobre cómo tendría que ser administrada cada instalación para que pudiese ser aprovechado el legado deportivo de los Olímpicos y no se convirtieran en "elefantes blancos", pero que hasta ahora no ha sido puesto en marcha.
El atraso obedece principalmente a las frustradas negociaciones del gobierno municipal y del federal con empresas privadas que asumirían el mantenimiento y la gestión de las instalaciones como concesionarias.
"El COB no tiene responsabilidad en eso. Desde el comienzo dijimos que no haríamos las obras. No es que nos lavemos las manos pero es que tenemos límites financieros", dijo.
Nuzman recordó que el COB gestiona exitosamente el Parque Acuático María Lenk, una de las instalaciones del Parque Olímpico pero que fue construida para los Juegos Panamericanos de 2007, y que la ha convertido en un modelo para el entrenamiento de atletas de alto nivel y para competiciones.
Admitió que el COB estaría interesado en asumir una de las nuevas instalaciones del Parque Olímpico, pero desde que el Gobierno le garantice los recursos para financiar su mantenimiento.
El dirigente dijo tener confianza en que los propietarios de las instalaciones sabrán adecuarlas lo más rápido posible para aprovecharlas y obtener un retorno financiero con ellas.
"El legado deportivo de los Juegos Olímpicos existe, pero tiene que ser aprovechado por sus propietarios. Es natural que los atletas quieran que todo esté funcionando ya, pero se necesita tiempo para adecuar las cosas. Estoy convencido de que vamos a encontrar las soluciones", dijo.
Agregó que, fuera del legado deportivo, el legado urbanístico y social de los Juegos Olímpicos no puede ser ignorado.
"Cuando presentamos la candidatura de Río dijimos que el evento sería aprovechado para transformar la ciudad y eso fue lo que hicimos. Ninguna ciudad candidata tuvo tantas transformaciones en la historia de los Juegos Olímpicos como Río, ni Tokio en 1964 ni Barcelona en 1992", aseguró.