La negativa dada por los ciudadanos del Tirol austríaco a una candidatura de Innsbruck para los Juegos de Invierno de 2026 prolonga el divorcio entre el olimpismo y la opinión pública de Europa occidental, que se niega a destinar sus impuestos a organizar la gran fiesta del deporte.Natalia Arriaga
El 'no' a los Juegos se impuso con un 53,35 % de los votos en el referéndum celebrado este domingo en la región austríaca, según resultados provisionales aún pendientes de confirmación.
Este resultado, junto al aplazamiento la semana pasada por parte del Ejecutivo suizo de una decisión sobre la candidatura de Sion, pone una piedra en mitad del camino que conduce a los Juegos de 2026, que el Comité Olímpico Internacional (COI) confiaba en recorrer sin contratiempos.
Tras encontrarse sin apenas aspirantes a organizar los Juegos de verano de 2024, el organismo olímpico decidió repartir entre las dos únicas ciudades aspirantes, París y Los Ángeles, las ediciones de 2024 y 2028.
A la vez, el COI simplificó de forma extraordinaria la fase de candidatura para los Juegos de invierno de 2026, en un intento de seducir a las mejores estaciones de esquí, pero sus esfuerzos no han dado aún resultado.
Hamburgo y Múnich (Alemania), Cracovia (Polonia) y Berna y Davos (Suiza) son algunas de las ciudades que han rechazado recientemente en referéndum candidaturas olímpicas. En Oslo, Estocolmo, Roma y Budapest quienes cerraron la puerta a los proyectos fueron sus gobiernos, ayuntamientos o parlamentos.
En Suiza el comité que promueve la candidatura de Sion 2026 calcula que los Juegos supondrían una inversión de unos 1.860 millones de francos suizos (1.615 millones de euros, 1.907 de dólares), de los cuales al menos la mitad estaría a cargo del Gobierno.
Una decisión al respecto del Ejecutivo aún no tiene fecha. Luego tiene que pronunciarse también el Parlamento.
En la candidatura están implicados cinco cantones: Valais, Friburgo, Berna, Vaud y Grisones.
A la espera de lo que suceda con Sion, otras ciudades que han mostrado interés por los Juegos de Invierno de 2026 son Estocolmo, Calgary (Canadá) y Salt Lake City.
Puesto que el COI ha establecido una primera fase de 'exploración' que no compromete a las ciudades a nada ni exige hacer inversiones iniciales, los planes de todas ellas son aún muy primitivos, a la espera de que el propio COI las oriente sobre sus opciones reales de ser sede de los Juegos.
Temores económicos y medioambientales son esgrimidos como argumentos por los partidarios del 'no' a las candidaturas olímpicas de invierno, aunque ahora también puede influir el deterioro de la imagen del COI a raíz de los recientes escándalos de corrupción. El último ha llevado a la detención del presidente del Comité Olímpico Brasileño, Carlos Nuzman, supuestamente por comprar votos a favor de la candidatura Río 2016.
Así lo ha hecho constar el presidente de la Federación Austríaca de Esquí (ÖSV), Peter Schröcksnadel, tras el resultado del referéndum en el Tirol.
"La imagen olímpica se ha deteriorado. A ello se ha añadido que las gente ya no confía en la política", ha expresado.
Para el presidente del Comité Olímpico Austríaco, Karl Stoss, la derrota en Innsbruck ha sido "un gran shock", pero una consecuencia de "la democracia directa".
La canadiense Calgary, que se presenta ahora como una de las opciones más fiables, se puso la venda antes de la herida y ya hizo un sondeo en mayo de este año, del que se derivó que dos tercios de sus habitantes apoyarían un proyecto olímpico.
Calgary ya organizó los Juegos de 1988. Canadá, que había acogido los Juegos de verano en 1976, volvió a tener los de invierno en 2010, en Vancouver.
La sede de los Juegos de 2026 debe elegirse en el año 2019, si se cumple el calendario previsto.