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Corea del Sur albergará, por tercera vez en Asia, unos Juegos de invierno

Adrian R. HuberPyeongChang (Corea del Sur), 5 feb .- Corea del Sur albergará, por tercera vez en Asia, unos Juegos olímpicos de invierno a partir del próximo viernes, cuando se inauguren oficialmente los de PyeongChang, tercera sede asiática después de las que albergó Japón en Sapporo -en 1972- y Nagano -en 1998-.
Sapporo fue la primera sede asiática que albergó unos Juegos de invierno. Y, al mismo tiempo, la que acogió el mayor éxito hasta la fecha de toda la historia del deporte invernal español, ya que allí se logró su único oro olímpico, gracias al 'inmortal' Francisco Fernández Ochoa en el eslalon de esquí alpino.
'Paquito', nacido en Cercedilla (Madrid) en 1950 y fallecido a los 56 años a consecuencia de un cáncer, protagonizó, sin lugar a dudas, la gran sorpresa de unos Juegos en los que los grandes triunfadores, con tres oros cada uno, fueron la esquiadora nórdica rusa Galina Kulakova, que por entonces representaba a la extinta Unión Soviética; y el patinador de velocidad holandés Ard Schenk.
En los Juegos de Sapporo, Kulakova ganó oros en las pruebas individuales de esquí de fondo de 5 y 10 kilómetros, y en el relevo 3 x 5 kilómetros; mientras que Schenk festejó título olímpico en los 1.500, 5.000 y 10.000 metros de patinaje de velocidad.
La suiza Marie-Therese Nadig -vencedora en las pruebas de descenso y eslalon de esquí alpino- y el noruego Magnar Solberg -que revalidó el título de 20 kilómetros de biatlón que había logrado cuatro años en Grenoble (Francia)- también destacaron en Sapporo.
Donde, sin duda alguna, el gran 'bombazo' lo protagonizó 'Paquito', que dejó boquiabierto al mundo entero al ganar en la pista del monte Taine (Taineyama), donde relegó al segundo puesto al mítico Gustav Thöni, italiano, cuyo primo Roland capturó ese día el bronce.
El de Paco, que sigue siendo el único oro invernal de toda la historia del deporte español, supuso en ese momento el tercero de todos los tiempos, al igualar los conseguidos por Amezola y Villota en pelota vasca (cesta punta) en los Juegos de París 1900 y el de hípica, por equipos, de Amsterdam 1928.
'Paquito' se convirtió automáticamente en héroe nacional. En una España en la que los triunfos deportivos llegaban con cuentagotas y en la que antes de su gesta sólo destacaban la Eurocopa de fútbol de 1964 -ganada ante la extinta URSS- y las del tenista Manolo Santana, vencedor de Wimbledon en 1966, el ciclista Federico Martín Bahamontes, ganador del Tour de Francia siete años antes; o el motociclista Ángel Nieto -fallecido el año pasado-, que de aquella había ganado tres de sus '12+1' títulos mundiales.
Nagano, hace exactamente veinte años, organizó, de nuevo en Japón, la segunda cita olímpica invernal en Asia, seis años después de que España hubiese logrado -en los Juegos de Albertville'92 (Francia)- la que sigue siendo su segunda y última medalla invernal, gracias a Blanca, la hermana menor de 'Paquito', también en eslalon.
La austriaca Petra Kronberger ganó, delante de la neocelandesa Annelise Coberger, una prueba en la que, por primera vez en la historia de todo el olimpismo español una mujer capturaba una medalla.
El gran triunfador de los Juegos de Nagano fue el esquiador de fondo noruego Bjorn Daehlie, que, al ganar tres títulos (10 y 50 kilómetros y el relevo 4 x 10 kilómetros), se convirtió en ese momento en el más laureado de la historia olímpica invernal, al alcanzar su octavo oro.
El récord de Daehlie -ocho oros y cuatro platas- fue superado hace cuatro años en Sochi por su compatriota el biatleta Ole Einar Bjoerndalen, que, tras intentarlo hasta el final, será uno de los grandes ausentes en PyeongChang. Y que al capturar dos títulos en Rusia, completó una colección de ocho oros, cuatro platas y un bronce.
En Nagano'98 nació el mito de 'Herminator', el austriaco Hermann Maier, cuádruple ganador de la Copa del Mundo de esquí alpino. Que, tras volar por los aires en espectacular accidente en el descenso de Hakuba, ganó tres días después -lleno de magulladuras y rasguños- el supergigante. Tres días más tarde repetiría oro, en el gigante.
La estadounidense Tara Lipinski se convirtió con 15 años en la más joven campeona olímpica de patinaje artístico, en una prueba en la que la francesa Surya Bonali, que fue décima, llamó la atención al completar un mortal atrás a un pie. Algo que no se ha repetido desde entonces en toda la historia olímpica.
En Nagano se disputó por primera vez -con victoria de Estados Unidos- una competición femenina olímpica de hockey hielo, que en hombres tuvo como gran atracción el debut de los profesionales de la NHL, entre ellos el mítico Wayne Gretzky, que caería con Canadá en semifinales ante la República Checa de Jaroslav Jagr y Dominik Hasek. A la postre, campeona del torneo, tras derrotar en la final a Rusia (1-0).
En esos Juegos debutó el snowboard -que centra, junto al patinaje artístico, las principales posibilidades de éxito de España en PyeongChang-.
El donostiarra Iker Fernández, que también competiría en los Juegos de Salt Lake City'02 (EEUU) y Turín'06 (Italia) ejerció de pionero -en Kanbayashi, sede del 'halfpipe'- de ese deporte para España. Para la que apuntaba alto en Nagano Ana Galindo, que venía de hacer dos cuartos puestos en la Copa del Mundo de esquí alpino -uno de ellos en Are, Suecia, una semana antes de los Juegos-. Pero la aragonesa no tuvo suerte y se salió de pista en el gigante, que ganó la italiana Deborah Compagnoni en Shiga Kogen.
El debut del snowboard no estuvo exento de polémicas en aquellos Juegos. Algo a lo que contribuyó, sin duda, el hecho de que el primer campeón olímpico de la historia, el canadiense Ross Rebagliati -de paralelo- dio positivo con marihuana, motivo por el que inicialmente se le retiró una medalla que, posteriormente -con enorme apoyo del resto de los 'riders' participantes- le fue devuelta.

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