El presidente ejecutivo del Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC, siglas en inglés), Scott Blackmun, anunció su renuncia al cargo por motivos de salud, pero el delicado asunto de los escándalos del abuso sexual que afectó a los deportes de la gimnasia y la natación serán los que dejen señalada su gestión para siempre.Blackmun, de 60 años, fue diagnosticado con cáncer de próstata a finales del 2017 y no asistió a los pasados Juegos de Invierno de Pyeongchang.
Sin embargo, su salida llega en el peor momento de la imagen que tiene el USOC, en cuanto a como trató el escándalo del acoso sexual a las gimnastas, que durante años fueron víctimas permanentes del exdoctor del equipo nacional Larry Nassar, y lo que resultó más frustrante y humillante, el no tener ningún tipo de apoyo por parte de las máximas autoridades olímpicas del país.
John Manly, un abogado que representa a las víctimas de Nassar en una demanda que busca daños económicos y la supervisión judicial del equipo nacional de gimnasia, destacó que las víctimas que hablaron sobre el USOC durante el juicio fueron las que forzaron a Blackmun a renunciar.
"El USOC ha enfocado casi todos sus esfuerzos en dinero y medallas, mientras que la seguridad de nuestras atletas ha quedado relegada", señaló Manly.
Los últimos años de Blackmun al frente del USOC se habían centrado en establecer SafeSport, que surgió de grupos de trabajo para determinar cómo obligar a los órganos de gobierno de todos los deportes olímpicos a utilizar las mismas reglas para informar y manejar casos de abuso.
Los que han desarrollado el programa consideran que ha sido una tarea gigantesca que involucró recaudar millones de dólares para comenzar una organización independiente que maneja casos de abuso de manera similar a como trabaja la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos (USADA, siglas en inglés) realiza el control de dopaje.
Sin embargo, Blackmun ni el USOC han podido evadirse de la responsabilidad sobre la cultura de abuso que se daba en el Karolyi Ranch, de Texas, donde exgimnastas y entrenadores de Estados Unidos admitieron que existía mediante el lenguaje y a nivel emocional en el que las niñas se veían obligadas a entrenar con huesos rotos y otras lesiones.
Pero lo más grave de todo fue el abandonó en el que quedaron las atletas sobrevivientes de Nassar, algo por lo que el presidente del USOC, Larry Probst, se disculpó y dijo que su grupo tomaría las medidas apropiadas una vez que se completara una investigación independiente que está en curso.
Aunque también recuerdan que todos los casos en cuestión, incluyendo docenas que involucran a los equipos nacionales de gimnasia y natación ocurrieron antes de que los nuevos protocolos entraran en vigor.
El testimonio impactante de docenas de gimnastas que fueron abusadas por Nassar llevó a pedidos de una eliminación completa de la junta de gimnasia de Estados Unidos y ahora le llegó la hora a Blackmun.
"El Comité Olímpico de EE.UU. Debe traer nuevos líderes decididos a entregar respuestas y rendición de cuentas sobre cómo Larry Nassar pudo abusar libremente de niñas durante décadas, así como respuestas a preguntas sobre abusos en otros programas olímpicos", solicitó la Senadora demócrata por New Hampshire, Jeanne Shaheen.
Por su parte, Robert Allard, abogado de la nadadora olímpica Ariana Kukors, declaró que Blackmun no protegió a los atletas de los entrenadores depredadores entre los cuerpos directivos de varios deportes.
La campeona mundial de 28 años acusó a su exentrenador Sean Hutchison de abusar sexualmente de ella cuando tenía 16 años.
Mientras que Hutchison ha negado las acusaciones, además de admitir que mantuvieron una relación sentimental cuando ya era mayor de edad y no ha sido acusado de ningún delito.
"En el futuro, la cultura que permitió que el abuso sexual se pudriese y avanzase bajo Blackmun debe ser destruida", denunció Allard.
Blackmun comenzó como CEO del USOC justo antes de los Juegos de Vancouver 2010 y estabilizó una organización que había estado llena de luchas internas después de la eliminación sorpresiva de Jim Scherr y su reemplazo con Stephanie Streeter, que duró menos de dos años.
Blackmun suavizó las difíciles relaciones con los órganos de gobierno nacionales y el Comité Olímpico Internacional (COI), renegociando un acuerdo sobre compartir los ingresos de la televisión y los acuerdos de patrocinio que causaron problemas entre las dos entidades durante años.
El acuerdo revisado allanó el camino para que el USOC lograse los Juegos Olímpicos por primera vez desde 2002, al conseguir la organización de los del 2028 a celebrarse en Los Ángeles.
Algunos, sin embargo, criticaron ese trato como un premio de consolación y ante la falta de otros candidatos que pudiesen aspirar a ser la sede.
Los Ángeles habían buscado la organización de los Juegos 2024, que fueron adjudicados a París, y el COI, sin mas candidatos para los del 2028, decidió otorgarlos a la ciudad californiana.