Astrid Fina, que en PyeongChang disputará sus segundos Juegos Paralímpicos de invierno, declaró a EFE que, con el "sueño de una medalla" en mente, se siente "ilusionada y más segura" que hace cuatro años en Sochi.Astrid Fina (Barcelona, 1983) se inició en el snowboard en 2011, dos años después de perder el pie derecho a causa de un accidente de moto. Un año más tarde entró en el equipo nacional y, en 2014, debutó en los Juegos de Sochi (Rusia) con un sexto puesto en cross.
Estos últimos cuatro años la rider catalana ha ido mejorando su progresión. En el Mundial de 2016 finalizó cuarta en banked eslalon y quinta en cross y esta temporada ha conseguido varias medallas en la Copa del Mundo.
P: ¿Qué siente antes de sus segundos Juegos?
R: Siento adrenalina y muchas ganas. Estoy muy ilusionada.
P: ¿Cómo han sido los últimos meses de preparación?
R: Han sido muy duros porque el trabajo hasta llegar a unos Juegos es complicado, pero todo objetivo tiene una lucha detrás y vale la pena.
P: Hace unos días dijo que llega mejor preparada a estos Juegos que a Sochi 2014. ¿En qué lo nota?
R: Lo noto en todo. Al hacer físico antes no aguantaba mucho, ahora sí, y sobre todo me siento más segura. Llevo también mucho trabajo detrás que no se ve, como el de un dietista y una psicóloga. Me siento segura en todos los aspectos.
P: ¿En qué han cambiado estos cuatro años?
R: En todo. A Sochi fui con solo un año de preparación y estaba empezando un proceso que ahora no tiene nada que ver. Ahora tengo más técnica, pero aún así me queda mucho por aprender.
P: ¿Se ve peleando por una medalla en los Juegos?
R: Yo voy a pelear hasta el último momento y sueño con ella.
P: ¿A qué rivales ve más fuerte?
R: Hay dos holandesas y una australiana que no lo ponen fácil, pero estaré luchando con todas mis fuerzas.
P: Ya conoce las pistas de Corea. ¿Cómo son?
R: Estuve el año pasado haciendo un test y sé que van a cambiar cosas del circuito y lo van a hacer más ancho. En cuanto al tipo de nieve por la mañana es dura y se transforma rápido por el calor.
P: ¿Esos cambios le vienen bien?
R: He trabajado durante este tiempo tratando de buscar ese tipo de nieve, pero también hace frío en invierno y es difícil encontrarla. En verano he trabajado en glaciares para entrenar en ese tipo de nieve que por la mañana es dura y rápida y por la tarde más blanda y te hace correr menos.
P: ¿Cómo ha sido trabajar en glaciares?
R: En verano abren los glaciares y tienes que ir muy pronto porque cierran al mediodía. Es raro porque estas abajo a 24 grados y arriba a menos algo. Es la única manera de entrenar en verano cerca porque la otra opción es ir a Argentina y Chile.
P: ¿Dónde ha entrenado en glaciares?
R: En Saas-Fee (Suiza) y en el Paso del Stelvio (Italia).
P: ¿Cómo se acostumbra al cuerpo a esos cambios?
R: Se hace raro, sobre todo por estar a tanta altura. Estás a 4.000 metros, pero es un ejercicio que va bien.
P: Estos últimos meses, al hablar con la familia, ¿que te han transmitido?
R: Siempre me han apoyado y me han dicho que llegara o no a los Juegos estarían a mi lado. Eso te da una tranquilidad importante. Para mi madre ya soy una ganadora haga lo que haga en la competición, es mi fan número uno.
P: ¿Cómo es la tabla con la que compite?
R: Las tablas y las botas que tenemos son iguales que la gente olímpica, lo único que cambia es la prótesis. Empecé con la prótesis de andar para hacer snowboard, pero me faltaba flexión y al mínimo golpe salía disparada. Ahora los que me patrocinan me han hecho una prótesis que es solo para hacer snowboard, absorbe más los saltos, voy flexionada, y he cambiado cien por cien la manera de hacerlos.