"Un hito en la igualdad de género dentro y fuera del terreno de juego". Así describió el Comité Olímpico Internacional (COI) el pasado 8 de marzo, Día de la Mujer, lo que supondrían los Juegos Olímpicos de Tokio para el deporte en materia de paridad.
Los organizadores pueden celebrar, en efecto, una igualdad total o casi total en las competiciones con prácticamente un 49 % de mujeres participantes. Pero la 'familia olímpica' tiene aún grandes lagunas en otros grupos como el de las entrenadoras. Estas representarán solo en torno al 10 % del cuerpo técnico acreditado, o el de las dirigentes.
En la asamblea del propio COI hay solo un 37,5 % de mujeres, un porcentaje que desciende al 33,3 % en su Comisión Ejecutiva. En sus comisiones trabajan un 47,8 %, aunque muchas de ellas repiten en varios grupos.
Pero el hecho es que, sobre la cancha, en los Juegos de Tokio se contemplará una participación casi equivalente entre hombres y mujeres, que será matemáticamente igual en la edición de París 2024.
Los 207 equipos participantes en Tokio incluirán por primera vez a deportistas de ambos sexos y la mayoría de ellos aceptará la invitación del COI de desfilar en la ceremonia inaugural del próximo viernes con dos abanderados, un hombre y una mujer.
La gimnasia rítmica y la natación artística son los dos únicas disciplinas del programa olímpico exclusivamente femeninas. La lucha grecorromana es la única solo para hombres.
En vela hay una clase masculina más que femenina, en boxeo hay ocho pesos para hombres y solo cinco para mujeres, en atletismo ganan las pruebas masculinas solo por los 50 km marcha y en fútbol el torneo masculino admite a 16 selecciones y el femenino únicamente a 12.
Las pruebas mixtas han aumentado hasta 18, nueve más que en Río 2016, para animar a las delegaciones a incluir a más mujeres en sus delegaciones.
Se ha modificado el calendario de competición para que las grandes finales tengan la misma visibilidad (horario televisivo preferente, jornadas de fin de semana...) para los hombres y para las mujeres
Otro ámbito con margen de mejora es el de los Juegos Paralímpicos, en los que se prevé una participación femenina en Tokio del 40,5 %. Representa, con todo, un incremento del 18,7 % en menos de una década, desde Londres 2012.
Los Juegos Olímpicos contarán por primera vez con una participante transgénero, la levantadora de pesas neozelandesa Laurel Hubbard, de 43 años y que comenzó en 2012 un proceso de reasignación de sexo. Disputará la categoría de +87 kg.
La admisión de deportistas trans en las pruebas femeninas es contemplada con recelo, si no con oposición, por algunas asociaciones de mujeres. El presidente del COI, Thomas Bach, ha señalado que Hubbard se ha clasificado según la actual normativa, aunque esta se revisará "para establecer unas guías de actuación tras consultarlo con las distintas partes".
El comité organizador de Tokio 2020 es el segundo en la historia de los Juegos Olímpicos que está presidido por una mujer, Seiko Hashimoto. El primero fue el de Atenas 2004, con Gianna Angelopoulos.
Hashimoto accedió al cargo el pasado febrero tras la dimisión de Yoshiro Mori por el escándalo que generó con unos comentarios misóginos. Los profirió precisamente en una reunión en la que se debatían medidas para aumentar la presencia femenina en la directiva del comité organizador.
Tras la toma de posesión de Hashimoto se nombró a 12 nuevas dirigentes y se pasó de 7 a 19, entre un total de 45.