Los japoneses tienen fama de disciplinados, de tomar las cosas de una forma y ejecutarla. Y desde luego los cientos, miles de voluntarios, trabajadores, personal de Tokio 2020 encarnan bien esa visión. Cada uno tiene una misión, un encargo, y lo cumple de la forma más ordenada y fiel posible, por más que alguna vez esa disciplina roce el ridículo.
No son pocas las ocasiones en que el cumplimiento de la norma, en el contexto concreto, es más absurdo que el incumplimiento mismo. Pongamos algunos ejemplos de cuándo la disciplina japonesa roza lo surrealista. Por ejemplo, un autobús que transita la zona de deportes de Ariake (Tenis, voleibol, skate...) hace un recorrido circular para parar en todas las sedes, hasta ahí lógico. Lo que no es tan lógico es que pare en ellas incluso cuando están cerradas. También es lógico que un autobús, cuando lleva pasajeros, no sepa dónde estos se bajan y pare en todas ellas. Pues bien, quizás no sea tan lógico que el autobús con una sola persona, el que les escribe, sabiendo la parada final, realice paradas una tras otra para ver si en algún caso se supone se bajaba alguien, pero solo había una persona en el bus.
Luego están el derroche de personal de la organización. En algunos sitios y zonas hay personas encargadas de llevar un cartel en inglés. Solo eso, un cartel con un mensaje concreto, como una indicación, una localización... hacia derecha, izquierda. Alguien pensaría si no es mejor que la misma persona que porta el cartel hablara inglés, o que bastar con el cartel, y no la persona. No serían japoneses.
Hay japoneses para todo, y en cualquier parte. Cuando no sabe uno dónde ir, allí que aparece un japonés para acompañarle, algo que es de agradecer por cierto. Pocas cosas hay a la improvisación. Una cosa es que se hayan planeado con más o menos acierto, pero planeadas están, y en ese plan cada persona tiene su cometido, el suyo, y no otro. Y así una pregunta sencilla puede pasar por siete u ocho voluntarios sin que tenga respuesta. En realidad, aunque sí la tenga, no tienen permitido dársela.