El boxeo olímpico nos ha regalado en Tokio 2020 peleas espectaculares. Ocho divisiones masculinas, cinco entre las mujeres y todos los atletas con el objetivo de ganar al menos una medalla. Grandes rivalidades se han forjado a través de campeonatos mundiales y anteriores citas bajo los cinco aros. Sin embargo, en los Juegos Olímpicos ningún combate despierta tanta morbo como el de Enmanuel Reyes ante Julio César la Cruz en menos de 91 kilogramos (peso pesado).
Nacido en La Habana, Reyes compitió en el torneo nacional cubano Playa Girón. Siempre superado por el campeón mundial de 2017 y bronce olímpico Erislandi Savón, Enmanuel decidió salir de la isla y reunirse con su familia en Galicia.
Un vuelo a Moscú marcó el inicio de la dura travesía vivida por el Profeta, como así le conocen y él mismo se autodenomina. Sin papeles para ingresar en la Unión Europea, Reyes pasó cuatro meses encerrado en un piso junto a su primo.
El siguiente paso fue Austria donde solicitó asilo político y tuvo que pasar dos meses en un campo de refugiados. Detenido en Alemania cuando intentaba cruzar la frontera con Francia las autoridades lo devuelven a Austria. Meses de sufrimiento saltando fronteras, hasta que logra en 2017 llegar a Barcelona.
Clave en que Enmanuel peleara por España resultó el seleccionador Rafael Lozano. Una llamada convenció al Profeta de no incursionar en el profesionalismo y sí representar al boxeo español. Obtuvo la nacionalidad en 2020 y se clasificó a los Juegos de Tokio quedando segundo en el preolímpico. "Ahora mi país es España, me lo ha dado todo y yo daré todo por conseguir una medalla", contaba Reyes.
En Tokio, Enamnuel arrancó con una portentosa actuación luego de noquear al medallista olímpico y mundial, el kazajo Vassiliy Levit.
En un guiño al destino, su próximo rival será su compatriota, cuatros veces campeón mundial y actual campeón olímpico en semi pesado, Julio César la Cruz.
El boxeador natural de Camagüey lleva años en la élite, siendo uno de los mejores boxeadores amateur de la pasada década. La Sombra, como es conocido la Cruz, subió de los 81 a 91 kilos. Una técnica única de esquiva y la movilidad sobre el ring marcan al boxeador cubano. Pese a los logros de La Cruz, el Profeta tiene claro que llegó a Tokio en busca del oro. "Ahora nos queda Julio. A arrancarle cabeza. Da igual que sea de Cuba o no sea de Cuba".
La pelea, más allá de un cupo en las semifinales y asegurar una medalla de bronce, ha tenido un claro carácter político entre los cubanos de la isla y los del exterior.
Los acontecimientos de los último días en Cuba le han dado aún más morbo al combate luego del posicionamiento claro de Enmanuel Reyes en contra del gobierno de la isla.
La Cruz, capitán del equipo cubano, contó en una entrevista que su saludo militar cuando gana un combate es en honor a Fidel Castro.
El Kokukigan Arena será testigo de una pelea impresionante, Enmanuel Reyes buscará revancha y una medalla en boxeo para España ante el favorito Julio César La Cruz a la una de la tarde del horario peninsular de España.