España está en semifinales del torneo masculino de waterpolo. La selección de David Martín se impuso a Estados Unidos en los cuartos de final y firmó su pasaporte a la lucha por las medallas. El conjunto español sigue manteniendo una línea magnífica física y de juego, además de una alta eficacia en ataque. Y eso que el encuentro ante los americanos fue bastante duro, igualado hasta el último cuarto, al que llegó con ventaja de un tanto. Pero a partir de ahí la fortaleza española se impuso. Fueron más rápidos en las combinaciones, en armar el brazo (citius), más altos (altius), porque la defensa tan agresiva y contundente, con los cuerpos siempre elevándose sobre el agua, termina por desesperar a los rivales, como este miércooles; y más fuertes (fortius), porque por ahí rompió el partido España a través de la pelea y de las superioridades. España, citius, altius, fortius.
El primer cuarto parecía marcar desde el principio la superioridad de España. Buenos ataques transformándolos pronto en gol y buenas defensas, incluso en inferioridad por expulsiones, frenando a los americanos. De hecho el equipo de David Martín tomó una interesante ventaja de 1-3 pronto, aunque dos ataques norteamericanos, uno de ellos en superioridad, devolvieron la igualdad justo al final del primer cuarto.
En el segundo cuarto España fue a remolque, porque los Estados Unidos aprovecharon sus superioridades para transformarlas en gol y además combinaron bien por el interior, de hecho dos goles fueron de palmeos casi en la portería y eso que Daniel López salvó uno claro uno contra uno. Los españoles sin embargo se agarraban al partido con tiros lejanos y golazos como los de Álvaro Granado, elevado sobre la piscina para tomar posiciones de disparo excelentes. Con todo ello, el encuentro se marchó al descanso con empate a seis y con la sensación de una igualdad máxima en todos los aspectos.
Nada más comenzar el tercer cuarto España tomó la delantera. De nuevo un lanzamiento desde fuera de Bernat Sanahuja. Y llegó el momento de Daniel. El portero español empezó a aparecer permitiendo a su equipo seguir por delante, sin encajar, aunque luego llegó un tramo en el que el partido enloqueció, aunque sin goles. España desaprovechó una oportunidad con dos expulsiones norteamericanas y luego un contragolpe en el que se precipitó. Algo parecido les pasaba a los rivales, algo acelerados en sus ataques ante la presión defensiva hispana. Entre las malas decisiones y el mejor nivel defensivo de ambos equipos, lo cierto es que el cuarto se fue marchando sin apenas anotaciones (6-7), aunque el único tanto del cuarto fue español.
Ganó la bola EE.UU al inicio del último parcial, y tuvo hasta cuatro ataques consecutivos defendidos de manera excelente por el combinado de David Martín. Respondió el equipo hispano con un ataque que fue parado por el VAR para dar a España un penalti que le permitió cobrar por fin una ventaja de dos goles en el marcador por medio de Alberto Munárriz a falta de 6 minutos. Los norteamericanos respondieron con un gol de Luca Cupido para recortar distancias de nuevo. Cada ataque entonces se convirtió en un potosí, como lo fue el gol de Perrone que permitía a España de nuevo ampliar su ventaja. Los cascos azules mantenían un buen nivel físico y obligaban a EEUU a cometer muchas faltas y expulsiones por tanto para defender, y puestos a defender en inferioridad eran mejores los de David que los del otro lado del charco. Así lograron mantener su portería a salvo, con el gigante Daniel, y ampliar su ventaja a tres goles a falta de tres minutos. El encuentro acabó por romperse e incluso la ventaja aumentó a cuatro goles para confirmar una de las más claras candidaturas a medalla de estos Juegos para España (8-12).