Brilló en la Velocidad (1º), tropezó en la prueba que más se le resiste, los bloques (7º), y con su escalada en Resistencia hizo historia para lograr un oro en los Juegos Olímpicos de Tokio que lo convierte en leyenda a sus 18 años. Alberto Ginés fue el mejor entre los ocho finalistas en velocidad, búlder y lead o dificultad, las tres disciplinas combinadas que componen este nuevo deporte que se estrenó como olímpico en Tokio. ¡¡Un grande!!
Alberto Ginés de entrada sorprendió a todos en la prueba de velocidad. No es su especialidad (la dificultad), pero el español fue pasando rondas, primero ante el americano Duffy, uno de los grandes rivales, luego ante el checo Ondra, otro de los peligrosos pues mantiene virtudes parecidas a Ginés en la prueba de dificultad. Le superó por unas décimas apenas en un reto espectacular, y por último venció en la final de la prueba al japonés Narasaki, otro de los favoritos. Alberto solo sumaba un punto (el vencedor es el que menos suba mutiplicando los puntos de sus puestos en las tres pruebas) y cogía margen para plantarse en la última prueba, Dificultad, con opciones, sabiendo que la prueba de Bloques y Resistencia no sería muy favorable.
Como así fue. Alberto Ginés fue último y apenas logró alcanzar Tops, solo zonas y muy asequibles, cuando el resto de competidores se alzaban y se colocaban en las primeras posiciones. No tuvo nada que hacer el español, que acabó esta segunda prueba como último pero que partía ante su prueba favorita como cuarto clasificado en la general, con el francés Mawen (1º), Narasaki (2º) y Coleman (3º) por delante.
En la prueba final, viendo cómo iban las puntuaciones del resto de escaladores, al cacereño le valía con sumar 35 puntos para asegurarse una medalla que terminó bañanda en oro. Un escalada para el recuerdo de los Juegos y del deporte español.