El Comité Olímpico Internacional (COI) no quiso comentar este jueves la anunciada subida de precios de los transportes públicos en París durante los Juegos Olímpicos de 2024, decidida por las autoridades regionales y que duplicará el coste de los billetes de metro y autobús durante la quincena de competición.
El director ejecutivo para los JJOO del COI, Christophe Dubi, aseguró que "la política de tarifas" de los transportes públicos "es un asunto que deciden las autoridades locales".
Hizo notar, no obstante, que hace dos años se acordó revisar la promesa hecha inicialmente por el presidente del comité organizador, Tony Estanguet, de que aquellos que compraran una entrada para los Juegos tendrían garantizada la gratuidad de los transportes en la capital.
"Hace dos años -puntualizó- revisamos la política tarifaria y la gratuidad ya no quedó garantizada". El directivo del COI destacó, además, que la oferta de transportes públicos durante las dos semanas de competición se verá muy ampliada.
Es el mismo argumento dado por la presidenta de la región de París, Valérie Pécresse, para justificar el encarecimiento del billete, de los 2,10 euros actuales a cuatro, entre el 20 de julio y el 8 de septiembre del año próximo, con ocasión de los JJOO.
El Comité Organizador había previsto financiar con sus fondos el sobrecosto ligado a esa gratuidad, pero luego renunció para poder equilibrar sus cuentas. La región Ile-de-France, por su parte, se negó a asumir la carga derivada del incremento de la oferta de metro y autobuses prevista durante los Juegos.
Dubi se limitó a asegurar que el plan de transportes presentado por París "es sólido y riguroso" tanto en lo referente a los colectivos como en las carreteras, ya que se reservarán carriles para los acreditados.
"Hemos revisado con los expertos el plan de transportes con los actores implicados. Son muchos los que tienen que ser integrados en un plan específico, desde vehículos del COI, a operadores públicos. Es una operación extremadamente compleja", indicó el director ejecutivo.
A su juicio, este es un tema especialmente delicado en París porque muchas de las competiciones se desarrollarán en el centro de la ciudad, donde se espera que acuda un millón de espectadores al día, lo que constituye "un desafío enorme en términos de transportes".
"Pero lo que nos han dicho nos tranquiliza. Aún quedan siete meses. Hay trabajo por hacer, pero es normal. El informe que nos han presentado es muy positivo", señaló Dubi, quien respondió así a las críticas de la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, quien consideró que el Estado y la región no estaban haciendo su trabajo y que los transportes "no estarán listos".
También se mostró confiado en lo referente a la seguridad, pese al incremento de la tensión en el mundo después de los atentados de Hamás contra Israel del pasado 7 de octubre y la oleada de alertas de bomba registradas en Francia.
"La evaluación de los expertos que han participado en los Juegos precedentes nos dice que la integración de los diferentes implicados en temas de seguridad en el contexto francés está bien hecha. Y hemos visto que funciona bien durante el reciente Mundial de rugby, lo cual nos da garantías", agregó.