Los Juegos Olímpicos nunca dejan de sorprendernos. Durante estos días hemos visto como un DJ detuvo un 'pique' poniendo la canción de Imagine, un corredor competir enfermo de Covid-19 o la oferta para trabajar en cine para adultos a un atleta. Sin embargo, pocos nos veíamos venir los premios que recibirá Carlos Yulo, bicampeón olímpico, al llegar a su país, Filipinas.
Los propios Juegos Olímpicos no suelen recompensar económicamente a los medallistas. Sin embargo, hay algunos países que sí suelen premiar a sus deportistas. En España, por ejemplo, a través del Comité Olímpico Español (COE) otorgan hasta 94.000 euros por oro individual. En Filipinas, han querido tirar la casa por la ventana con su oro olímpico.
Carlos Yulo se convirtió en el segundo deportista en conseguir una medalla de oro en los Juegos Olímpicos para Filipinas. Además, lo ha conseguido por partida doble, tanto en las pruebas de salto masculino como en rutina de suelo.
El gimnasta se ha convertido en un ídolo en el país y ha generado una ola de euforia nacional con sus logros. Desde el Gobierno filipino, se le recompensará con 10 millones de pesos filipinos, algo más de 158.000 euros. Aparte, la Cámara de Representantes filipina le otorgará casi 100.000 euros en efectivo.
No obstante, son varias las marcas y empresas que han querido premiar al bicampeón olímpico con recompensas de lo más bizarras. Una empresa de bienes raíces le entregará una casa de tres dormitorios completamente amueblada en el barrio de McKinley Hill con un valor de más de 400.000 euros.
Hasta ahí todo puede sonar algo exagerado, pero dentro de la normalidad. Sin embargo, esto solo fue el principio y los regalos fueron a más. Un gastroenterólogo le ha prometido consultas y colonoscopias gratuitas de por vida, un fotógrafo le ha ofrecido sus servicios para realizar sesión fotográficas de bodas para el futuro y la Universidad de Mindanao le otorgó créditos universitarios.
Pese a todo ello, lo más curioso estaría por llegar. A partir de ahora, Carlos Yulo podrá disfrutar de suministros de por vida de macarrones con queso, ramen y pollo a la parrilla por parte de una cadena de restaurantes. Para terminar, también tendrá suministros de por vida de fundas para teléfonos.