El alemán Sebastian Vettel (Ferrari), líder del Mundial de Fórmula Uno, y el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), segundo a 14 puntos, firmaron este jueves las paces, o lo escenificaron, en la jornada previa al arranque del Gran Premio de Austria, tras su incidente en Baku, durante el de Azerbaiyán, hace dos domingos.Adrian R. Huber
Los dos pilotos más laureados de la actual parrilla enterraron -o escondieron, de momento- el hacha de guerra, tras los incidentes de Baku, donde saltaron chispas: al ralentizar su ritmo Hamilton, líder, por delante de Vettel, con el coche de seguridad en pista, 'Seb' golpeó la parte trasera del monoplaza del inglés, alegando una prueba de frenos malintencionada; instantes antes de ponerse a su altura, hacerle un gesto de reprobación y golpear el Mercedes con su Ferrari.
Vettel recibió en carrera una sanción de 10 segundos -de "stop and go"- por comportamiento antideportivo, lo que no le impidió ser cuarto, un puesto por delante de Lewis, su mayor rival en la lucha por el título, al que supera ahora en catorce puntos: 153 a 139.
Tras la prueba, los dos se quejaron. El alemán, que reclamaba sanción para ambos, dijo que la F1 era "para hombres"; y el inglés, que apeló al mal ejemplo dado a la infancia, le invitó acto seguido, paradójicamente, a resolver sus cuitas "fuera de la pista".
A partir de ahí, se generó una gran polémica, con diversas opiniones a favor y en contra de cada uno de ellos, que derivó en la comparecencia de Vettel el pasado lunes, en París, ante la FIA, que no aumentó la sanción y aceptó unas disculpas públicas del alemán al inglés, a los aficionados y a la propia Federación.
La FIA decidió no echar más leña al fuego, pensando, quizá, en que no era de recibo aguarle la fiesta al germano el día de su trigésimo cumpleaños.
Al anunciarse que durante la primera mitad de la conferencia de prensa de este jueves iban a comparecer juntos Vettel y el triple campeón mundial inglés -que acaba de mejorar la segunda mejor marca de 'poles' del mítico Ayrton Senna, accidentado mortalmente en 1994, ascendiéndola a 66-, la expectación se disparó. Y quedaba claro que el danés Kevin Magnussen (Haas) iba a ser un mero convidado de piedra.
Con la sala de conferencias de prensa del Red Bull Ring llena hasta reventar, el cuádruple campeón mundial alemán indicó que obviamente no tuvo "el mismo punto de vista dentro del coche que fuera de él" y admitió que tomó "una decisión equivocada".
"El movimiento fue inadecuado, porque en esos momentos pensé que él había frenado de forma intencionada, pero luego entendí que no hubo mala intención por su parte", indicó Vettel. "Estaba decepcionado y sobre-reaccioné. No hay más. El lunes pedí disculpas, a la FIA, al público y a él", añadió.
"Se acabó el problema", zanjó Hamilton, que entró en el recinto de conferencias de Spielberg sacándoles fotos a los periodistas con su teléfono móvil y bromeando acerca de la "mejor rueda de prensa en la que nunca había estado antes".
"Ya estoy centrado en este fin de semana", apuntó, ya en serio, el inglés. "Ya dije todo lo que tenía que decir después de la carrera y lo dejamos ahí. No creo que la dinámica entre Sebastian y yo cambie. Hablamos después de la carrera y el pasado lunes. Le sigo teniendo respeto como el gran campeón que es. Y seguiremos luchando de forma justa", afirmó Lewis.
"La telemetría demostró que no frené a propósito. Eso es lo único que me preocupaba, que él dejase claro que no había sido así", indicó el inglés, de 32 años, que detenta, con 56 victorias, la segunda mejor de todos los tiempos, lejos aún del alemán Michael Schumacher (91), el 'hombre récord' de la Fórmula Uno.
"No me pidió disculpas justo cuando hablamos por teléfono, aunque seguramente ésa era su intención, pero me mandó un mensaje de texto telefónico al día siguiente; y por supuesto que las acepté", indicó Hamilton, al ser cuestionado nuevamente acerca de lo sucedido durante las pasadas jornadas.
"Obviamente, lo que hice estuvo mal; y por eso me disculpé", añadió Sebastian, 45 veces ganador en F1, categoría en la que ha arrancado 47 veces primero. "Ahora todo depende de Lewis. Obviamente cometí un error, así que puedo entender que esté decepcionado, pero es bonito escuchar que somos capaces de seguir hacia adelante. Sí"
"Creo que el respeto que nos tenemos tanto dentro como fuera de la pista nos va a ayudar en este sentido", afirmó Vettel, que al ser insistido por algún periodista británico, admitió que "si pudiera volver atrás no haría lo mismo", pero que eso "es imposible".
Así que, en terreno neutral -el circuito de Red Bull- se firmó la paz. Y el hacha de guerra queda enterrada. O escondida, de momento.
Porque ni Hamilton va a renunciar a festejar un cuarto título que le igualaría a Vettel y al francés Alain Prost -curiosamente, el que más veces ha ganado en Austria (3)-; ni el alemán va a ceder un ápice en su intención de emular a Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón mundial para Argentina. Para situarse a sólo dos coronas del récord absoluto, que detenta el 'Kaiser'. Y en pista puede suceder, nuevamente, de todo.
En lo que ambos estuvieron al cien por cien de acuerdo es cuando se les preguntó acerca de las posibilidades de que el año próximo el español Fernando Alonso (McLaren-Honda) pudiese ser su compañero de equipo, tanto en Ferrari, como en Mercedes. Lo tienen claro: no lo desean.
Los dos dijeron que están muy a gusto con sus actuales compañeros, los fineses Valtteri Bottas, en el caso de Lewis, y Kimi Raikkonen.
Consultado después por Efe, el doble campeón mundial asturiano -que no anunciará su futuro hasta octubre- indicó que esto le "da igual", porque es "comprensible" este tipo de manifestaciones en una época del año muy dada a rumores, con el mercado de pilotos a punto de entrar en estado de ebullición.