Miguel Ángel Moreno
Redacción deportes, 25 ago .- De los apuros económicos y un cambio de dueños que podía haberles dejado fuera de la competición, a ubicar a sus dos pilotos en la segunda línea de la salida del Gran Premio de Bélgica, el conjunto Force India ha vivido en unos días un carrusel de emociones que ha tornado en felicidad en Bélgica.
El conjunto Sahara Force India, propiedad del magnate indio Vijay Mallya e intervenido por problemas económicos, fue comprado por un consorcio de empresarios liderado por el canadiense Lawrence Stroll (padre de Lance, piloto de Williams) y recibió su nuevo nombre el mismo jueves en Spa-Francorchamps: Racing Point Force India.
Hasta el jueves por la tarde, se dudaba incluso de si el equipo podría competir, pero un comunicado de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) despejó las incógnitas: el 'antiguo' Force India quedaba descalificado y el 'nuevo' entraba sin puntos al campeonato de Constructores.
Los pilotos, el francés Esteban Ocon y el mexicano Sergio 'Checo' Pérez -este último protagonista como uno de los acreedores del conjunto, que tuvo que aclarar hace un mes que sus acciones legales estaban encaminadas a que se mantuvieran los 400 empleos de la escuadra-, quedaban con todos sus puntos y podrían pilotar.
Una vez en lo deportivo, el conjunto Force India mantenía sus aspiraciones en la batalla por el cuarto puesto -el primero de los coches que no son Mercedes, Ferrari o Red Bull- con Renault, Haas y el sorprendente conjunto Sauber.
De ellos, sabían seguro que el alemán Nico Hülkenberg (Renault) no estaría al frente en la parrilla, ya que los cambios de motor le obligaban a salir el domingo en la zona trasera. Un enemigo menos.
Durante la clasificación vieron que el español Carlos Sainz (Renault) sufría un problema de agarre que le dejaba eliminado en la Q1, y los Sauber del monegasco Charles Leclerc y el sueco Marcus Ericsson se quedaban fuera en la Q2. Terreno expedito para luchar por la cuarta fila.
Entonces, al inicio de la Q3, la lluvia hizo su aparición. 'Checo' Pérez fue a por todas con el neumático superblando con el objetivo de intentar establecer un registro antes de que se mojara por completo la pista. Imposible.
"Intentamos conseguir una vuelta con los 'slicks' cuando la pista no estaba tan mal. El último sector estaba mal, pero pensé que si lograba hacer lo mismo que en el primero y el segundo podríamos superarlo, pero se puso peor y la vuelta fue un desastre", explicó Pérez tras la clasificación.
El piloto mexicano se jugó el tipo en la subida de 'Eau Rouge', cuando su monoplaza se salió de pista y estuvo a punto de golpear con las protecciones, aunque logró recuperar el control del coche a tiempo.
"En 'Eau Rouge', si pierdes el coche habitualmente te chocas. Yo no lo hice. Si en la televisión se ve mal, fue aún peor en el coche", manifestó el piloto tapatío (nacido en Guadalajara, México).
Con las ruedas de mojado, Ocon se ubicó tercero y Pérez cuarto, con mejores tiempos que los dos Red Bull, a los cuales un mal cálculo de gasolina les dejó sin opciones de intentar un último asalto. Tampoco el Ferrari del finlandés Kimi Raikkonen tenía combustible suficiente.
De esta manera, los malos cálculos de sus rivales ubicaron a los dos monoplazas de color rosa en la segunda plaza, sólo por detrás de los dos rivales por el Mundial, el británico Lewis Hamilton (Mercedes), autor de la 'pole', y el alemán Sebastian Vettel (Ferrari).
El garaje de la escuadra con sede en Silverstone (Gran Bretaña) se había convertido en una fiesta. En apenas unos días habían pasado de temer por los 400 empleos de la escudería a celebrar un doble puesto en la segunda fila de la salida del Gran Premio de Bélgica.
"Es genial estar en la tercera posición, hemos tenido tiempos muy duros con el equipo últimamente, ahora empezamos de nuevo, estoy muy contento, no lo esperábamos para nada", manifestó el francés Esteban Ocon.
"El equipo ha hecho un gran trabajo, cambiamos los neumáticos muy rápidos, salimos de nuevo, hice una vuelta limpia, y a ver si mañana puedo hacer lo mismo", añadió el joven piloto francés, que a sus 21 años ha logrado repetir el tercer puesto en la parrilla que ya obtuvo en el Gran Premio de Italia de 2017.
Un Ocon que es bien consciente de que su tiempo al volante de un Force India está tasado, ya que su puesto podría ser el elegido para el hijo del nuevo dueño, el piloto de Williams Lance Stroll, que podría tomar su volante incluso en esta temporada.
"Está cogido el asiento (...) Lo ha comprado él", se pudo escuchar al piloto francés en una conversación con el alemán Sebastian Vettel (Ferrari) pillada por una cámara de la señal televisiva de la organización, en la que no es difícil imaginar que se refiere a su asiento y a Stroll.
De las mieles del tercer puesto en clasificación, a la posibilidad de quedarse sin equipo. Otro giro más en ese carrusel de emociones llamado Force India.