Fernando Alonso se ha puesto el mono de trabajo para que su regreso a la Fórmula 1 sea lo más impactante posible. El bicampeón mundial de F1 ha podido hacer 93 vueltas este miércoles en Bahrein al volante del Renault RS18. Pero lo más llamativo no ha sido que usase el coche de hace dos temporadas, sino el casco que ha utilizado. Lejos de una decoración con la habitual bandera de España, el asturiano se puso uno de rayas blancas y negras, muy llamativo.
Alonso siempre ha sido partidario de incluir símbolos españoles, como la bandera, y de su comunidad, Asturias, tanto en sus cascos como alguna vez incluso en otras partes de su indumentaria o su monoplaza. De momento, vuelve a los circuitos con un casco cuyo diseño no deja entrever bien si es algo simbólico, una simulación animal o simplemente un estampado. Está por ver además si en el futuro repite o ha sido coyuntural.
Esta ha sido la primera de sus dos jornadas de test, que tendrá que realizar con el coche que pilotaron hace dos años Carlos Sainz y Nico Hulkenberg. El destino ha querido que sea el joven piloto madrileño el que tenga que darle consejos al veterano asturiano, al que la normativa impide hacer ya pruebas con los monoplazas que ahora mismo están en el Mundial.
"Ese coche no me gustaba a principios de temporada, me costó adaptarme a él. Es un coche complicado de llevar, pero es muy rápido", le avisó Sainz a Fernando Alonso, quien sabe que está ante su última gran oportunidad de hacer ruido en el Mundial más prestigioso del automovilismo.