Tan sólo 3.543 kilómetros. Así es la vuelta más corta de la temporada en la Fórmula 1. Es el circuito exterior de Barein, territorio que vuelve a ser el centro de atención del Mundial por segundo fin de semana consecutivo. Se trata de una pista casi ovalada que, precisamente por ser corta, genera tráfico. Se ha podido comprobar en las sesiones de entrenamiento, como por ejemplo en el vídeo que acompaña a esta noticia en una de las vueltas de Charles Leclerc (Ferrari). Es por ello que se trata de un recorrido no muy del agrado de algunos pilotos. Lo explicaba así el español Carlos Sainz (McLaren): "Necesitamos encontrar una manera de que no se vuelva peligroso".
Menos de 55 segundos tardan los monoplazas en completar una vuelta, aunque en carrera se acercarán al minuto. La configuración sigue el trazado actual del Gran Premio 'normal', el del pasado domingo, hasta la curva cuatro, después de la cual gira a la izquierda antes de una serie de curvas rápidas. La carga aerodinámica es menor de la habitual, algo que puede favorecer los adelantamientos al haber mayor rebufo. "Hay que saber gestionar el tráfico", insiste Sainz respecto a la segunda de las pruebas en Barein.
Además, precisamente por lo corto del recorrido, los mensajes de radio a los pilotos serán constantes, en referencia a advertencias. Se darán un total de 87 vueltas a un circuito con 11 curvas, ocho de ellas a derechas. La calificación puede ser más interesante de lo habitual, con tantos coches en tan poco espacio. No habrá prácticamente curvas en las que frenar a tope, con el consiguiente menor desgaste de neumáticos. Sólo habrá dos zonas de DRS en lugar de tres (recta principal y entre las curvas tres y cuatro). "Vamos a vivir algo diferente, frenético", resumió Michael Masi, director de carreras de la Fórmula 1. Tan distinto que ni siquiera estará el rey de la competición: Lewis Hamilton.