Fórmula 1: la primera 'victoria' de Carlos Sainz con Ferrari

Desde 2007 no celebra un Mundial de Fórmula 1 una de las escuderías más señeras de la parrilla. Hablamos de Ferrari y de su condena al ostracismo en las últimas temporadas. La última, la recién acabada en este extraño 2020 ha ido de mal en peor. El equipo italiano ha finalizado sexto el Mundial de constructores, por detrás de equipos como McLaren, Racing Point o Renault. Y, por supuesto, muy atrás respecto a Mercedes y Red Bull, los dos grandes dominadores. El fiasco de Sebastian Vettel (ni él ni Chares Leclerc han ganado una carrera este año) ha instalado un derrotismo que parece haber acabado con la llegada de Carlos Sainz.

El fichaje del español ha supuesto un chute enorme de optimismo en Manarello. Precisamente la visita de Sainz a las instalaciones de Ferrari la pasada semana ha escenificado esa nueva era de ilusión que invade a los de rojo. Lo reconocen de puertas para adentro pero también en declaraciones más ilusionantes respecto al futuro. "No seremos los mejores, pero sí vamos a ser más competitivos", admite sin tapujos Mattia Binotto, jefe ferrarista. Es obvio que el aplazamiento de la nueva reglamentación destinada a equiparar el potencial de cada escudería da ventaja para 2021 a Mercedes y Red Bull, pero el italiano avisa. Con la llegada de Sainz habrá un extra en Ferrari: "Volveremos a luchar por ser segundos o terceros".

La del 'cavallino rampante' es una escudería que siempre ha estado en el podio de constructores de la Fórmula 1 en esta década sin triunfos de rojo y de dominio de Sebastian Vettel (con Red Bull) y el Mercedes de Lewis Hamilton. Las miras más agresivas están puestas en el pilotaje de Charles Leclerc a corto plazo y en el de Sainz a medio. Al español se le concede un tiempo de aclimatación a su nuevo equipo y monoplaza. Sin embargo, el madrileño ha dejado claro en su primera toma de contacto con todos los miembros del equipo que ha llegado para llevar a Ferrari a lo más alto desde el principio. De esta manera ha logrado su primera 'victoria' de rojo, declarando el estado de optimismo en un equipo semidepresivo.