Ferrari ha presentado el SF-23, el nuevo monoplaza de Carlos Sainz para su tercera temporada con la escudería italiana. El piloto madrileño intentará un nuevo asalto al que sería su primer Mundial en Fórmula 1. Si bien Aston Martin apostó por una arriesgada revolución, el equipo ferrarista se ha decantado por una evolución del coche del año pasado. Este es el análisis.
Haciendo historia en las presentaciones de monoplazas - nadie hasta la fecha había transmitido en directo las primeras vueltas de un monoplaza - Ferrari nos ha dado las primeras pistas del Ferrari SF-23, el monoplaza con el que los italianos quieren plantar cara a Red Bull y Mercedes, que viendo cómo de bien acabaron el año, son los dos grandes rivales a batir.
Centrándonos en el aspecto meramente visual, y como no podía ser de otra forma, Ferrari vuelve a apostar por el color rojo tradicional, una gama cromática que ya es historia de la Fórmula 1 y del deporte. Como novedad, la escudería italiana vuelve a introducir toques negros en gran parte de la carrocería.
En el aspecto más técnico, Ferrari ha apostado por un diseño continuista, una evolución del monoplaza de 2022 - imbatible a una vuelta durante la primera parte del último campeonato. Nada de diseños agresivos, ni extremos, si no más bien dotar de una mayor estética a lo visto la temporada pasada.
Ferrari ha corregido algunas de sus debilidades como la suspensión, la entrada de aire (con unos pontones más elevados), los radiadores (reduciéndolos en tamaño y peso), el morro (recortando el tamaño) y la caja de cambios (estrechando su tamaño).
Pese a que lo que más llama la atención en cada presentación es el exterior del monoplaza, lo mejor del nuevo SF-23 está en el interior. Ferrari ha mejorado la potencia del motor, un aspecto del que no puede presumir para no levantar sospechas sobre un incumplimiento de las normas de la FIA. Se apunta también a que el equipo habría conseguido mejorar la fiabilidad de la unidad de potencia y mejorar también el sistema de refrigeración, puntos críticos de su antecesor, el F1-75.
Pese a lo atrevido de su presentación, algunas voces dentro de Ferrari insinúan que no es oro todo lo que reluce, y que podrían estar ante una temporada dura en lo que a objetivos deportivos se refiere. Se habla de cierto descontento, de un escaso optimismo, con el nuevo diseño y sin tantas mejoras como equipos como Mercedes o Aston Martin. Los test de Baréin nos ayudarán a saber dónde está cada monoplaza en lo que a tiempos se refiere.