El Gran Premio de Australia ha sido una locura de principio a fin que ha dejado un sabor agridulce para Fernando Alonso y Carlos Sainz. La caída del Checo Pérez después de partir el último en la parrilla generaba expectativas de que los españoles podían hacer una buena actuación pero lo que ha ocurrido en Albert Park no se veía desde hace mucho tiempo.
La carrera ya empezó con una situación inesperada tras la salida agresiva de los Mercedes para pasar a Verstappen. Tanto Russell como Hamilton pasaron a Red Bull y dominaron en las primeras vueltas.
Alonso perdió la posición con Sainz pero lograron mantener el pulso para no perder posiciones. Sin embargo, el primer contratiempo no tardó en llegar. En la vuelta nueve, el accidente de Albon perjudicó bastante a Rusell y Sainz ya que había parado segundos antes de que entrase el Safety Car al dictarse la primera bandera roja.
Verstappen aprovechó y a las pocas vueltas de reanudarse la carrera adelantó a Hamilton para imponer la superioridad del Red Bull cuando lo pilota el actual campeón. Rusell apretó pero su coche acabó en llamas en la vuelta 18, quedando fuera de la carrera.
Todos cambiaron a neumáticos duros y comenzó otra carrera en la que había que dosificar las gomas para evitar sustos. Carlos Sainz fue recuperando poco a poco las posiciones perdidas y Alonso apretaba a Hamilton para intimidarle.
Recortaban tiempos entre ambos y parecía un duelo entre españoles para luchar por un podio factible sin la presencia del mexicano. Verstappen se adelantaba cada vez más y se iba embotellando los tres pilotos, un duelo muy bonito en el que podía haber pasado cualquier cosa si no se hubiera producida una segunda bandera roja que desató la locura.
A falta de dos vueltas de que terminase la carrera, Magnussen reventó una rueda que terminó en mitad del circuito y tocó hacer una salida en parada, una carrera muy corta en la que estaba garantizado que todos iban a arriesgar para cumplir objetivos.
Alonso fue el único que no se bajó del coche para concentrarse de cara a las últimas vueltas pero tuvo muy mala fortuna con su compatriota, Carlos Sainz. En la primera curva el asturiano cerró por fuera para sorprender pero su rueda trasera tocó con la delantera del monoplaza de Ferrari. Alonso se desvió y perdió bastantes posiciones, un jarro de agua fría para su gran actuación en Australia.
Los dos de Alpine reventaron sus coches en un accidente brutal y la espiral de accidentes obligó a la FIA a dictar la tercera bandera roja de la carrera. Finalmente, la última vuelta se hizo con el Safety Car delante y se conservaron las posiciones antes del gran accidente. Sin embargo, Carlos Sainz recibió sanción de cinco segundos por provocar el accidente con el asturiano y fue el sabor amargo de la carrera ya que pasó de ser cuarto a duodécimo.
Alonso terminó tercero y logró tres podios de tres, sumando unos puntos muy valiosos para recortar distancias con Checo Pérez y seguir peleando con las mejores escuderías con su Aston Martin. Verstappen volvió a quedar primero y Hamilton subió al podio tras quedar segundo.
Vamos ahí Fernando cómo en los mejores tiempos jejeje 💪💪👽