Carlos Sainz es uno de los mejores pilotos del mundo en estos momentos. La prueba es que, aunque lo ha pasado mal en sus inicios en el mundo del automovilismo por llevar el apellido de su padre, ahora mismo es de los pocos pilotos que rivalizan con el todopoderoso Max Verstappen y su Red Bull. El piloto madrileño va cuarto en la clasificación del Mundial de pilotos, por delante de tiburones como Sergio Pérez, Lewis Hamilton o su compatriota Fernando Alonso.
Pero mantenerse a ese nivel no es nada fácil en una competición tan voraz como la Fórmula 1 y, en una entrevista en El Hormiguero con Pablo Motos, ha confesado algunos de los sacrificios que tiene que hacer para ser piloto de Fórmula 1. Uno de ellos es la exigente dieta que tiene que seguir para intentar mantenerse en un peso límite y así poder incluir más peso en el coche. “Si el coche ha nacido ‘gordo’ y va pasado de peso, lo que quieres es quitarte ese peso para dárselos al coche. Yo tengo que llegar a un límite, 80 kilos con mono, casco, asiento del coche… Ahora mismo peso 72 kilos y con todo eso llego a los 80. Si consigo llegar a los 77, esos 3 kilos los puedo poner debajo para adaptar el centro de gravedad del coche adelante o atrás”, comenta el piloto madrileño.
El propio Carlos aclaró que la diferencia con esos tres kilos de más o de menos puede ser fundamental en las carreras. “Puede significar una décima menos por vuelta, que puede ser una o dos posiciones en la clasificación o seis segundos de carrera. Yo me dejo la vida por esos seis segundos”, sentencia Sainz, poniendo de manifiesto el hambre y la competitividad que hay que tener para pilotar un Fórmula 1.
Además de la dieta, ser piloto de Fórmula 1 significa también que tienes que sacrificar mucho tiempo en tu vida. Entre las carreras, los eventos promocionales y los entrenamientos, casi no tiene tiempo para quedar con sus familiares y amigos. “No sé ni siquiera si tengo casa”, bromea el piloto madrileño. “Son 24 carreras, 24 fines de semanas por el mundo, 24 países diferentes. 200 días fuera seguro. De los otros 160 restantes, la mitad me voy al simulador a Italia, más eventos y entrenar por ahí, y la otra mitad se lo intento dedicar a familia y amigos”, cuenta Sainz sobre su difícil agenda como piloto profesional.