Fernando Alonso vivió un drama con mayúsculas en la carrera de este domingo del GP de Austin. Si el piloto asturiano se tomó la sprint del sábado como un entrenamiento libre, la sesión del domingo no difirió demasiado. El AMR25 mostró uno de los peores ritmos de la temporada -y mira que era complicado- y el piloto asturiano tuvo que soportar que dos rookies como Liam Lawson y Franco Colapinto le adelantasen en pista.
Aston Martin acudía al trazado norteamericano con un nuevo paquete de mejoras que volvieron a no funcionar. La simulación de carrera daba a Fernando Alonso entre la posición número 13 y la 14, y acertó, porque quedó decimotercero. El AMR25 no es solo un monoplaza que se come los neumáticos, si no que también es un coche lento en recta, en curva lenta, en curva media y en curva rápida. Un auténtico desastre andante al que incluso le cuesta girar en la entrada a curva.
Fernando Alonso, sabedor de sus problemas, no plantó batalla a ningún piloto. El bicampeón del mundo se dedicó a seguir llevando información a su garaje con los datos de la telemetría de cada vuelta... por consolarse con algo. Los rookies Liam Lawson y Franco Colapinto también le adelantaron en pista y el ex de Alpine ni si quiera les plantó batalla. A quién sí volvió a superar en pista fue a su compañero Lance Stroll.
Con el prometedor horizonte por la llegada de Adrian Newey a partir de marzo de 2025, a Fernando Alonso le espera todavía una larga y desesperante travesía por el desierto hasta que, mínimo, termine la presente temporada.
Charles Leclerc se llevó la victoria en tierras texanas en un podio que completaron Carlos Sainz, segundo, y Max Verstappen, tercero.