Max Verstappen tiene cuatro mundiales y 200 millones de fortuna pero aún alucina con los lujos de un Rolls-Royce

Max Verstappen ha protagonizado un divertidísimo momento solo unos minutos después de certificar su cuarto título mundial en las calles de Las Vegas. Haciendo gala del ostento económico que se respira en la ciudad de los casinos, la organización del Gran Premio decidió poner dos Rolls-Royce para que los tres pilotos que subieron al podio (George Russell, Lewis Hamilton y Carlos Sainz) y el flamante campeón del mundo pudieran llegar hasta la zona donde se hicieron las ceremonias.

El tetracampeón del mundo se subió a este coche -uno de los más lujosos del mundo- junto a su ingeniero de pista y a un cámara que iba en los asientos delanteros. La cámara captó el momento en el que Max Verstappen empezó a alucinar con los lujos y los acabados de este Rools-Royce, todo bajo la mirada de su ingeniero, que no podía ocultar la risa.

Verstappen empezó a jugar con la mesilla para las bebidas, a toquetear los botones de las ventanillas y a mirar todos los acabados del coche en los pocos minutos que duró el trayecto hasta la zona de entrevistas. Aunque el neerlandés ha conducido los coches más rápidos de la F1 y también los de calle -como el Aston Martin Valkyrie- no pudo evitar 'flipar' con los lujos de este Rolls-Royce.

Max Verstappen, un campeón orgulloso

"Ha sido una temporada muy desafiante y he tenido que saber mantener la calma, porque ha sido muy difícil, pero prefiero la pasada", bromeó Verstappen, que el año pasado rompió todos los récords. "Este año me ha enseñado muchas lecciones y estoy orgulloso de cómo lo hemos vivido", añadiço el neerlandés