Los pilotos de Fórmula 1 son personas que tienen mucho dinero. Al tratarse de un deporte donde los contrato nunca suelen ser nada bajos, nombres como Max Verstappen o Fernando Alonso tienen un gran poder de adquisición. Tanto es así que se pueden permitir casi cualquier cosa: desde colecciones de coches o relojes de lujo, a yates que amarran en uno de los muelles más lujosos de todo el mundo. Precisamente es Mónaco, lugar donde este fin de semana se disputa el correspondiente Gran Premio de Fórmula 1. Un buen momento para lucir esos yates y dejarlos, nunca mejor dicho, en buen puerto. No solo Verstappen o Alonso tienen a su disposición este tipo de embarcación: Lewis Hamilton y Charles Leclerc tienen también sus propios yates lujosos.
El de Max Verstappen es el más suculento para los curiosos. Se trata de un yate que alcanza los 33 metros, de un Super Sport 33 de la serie Mangusta. El sobrenombre que le puso en su momento el piloto neerlandés tiene su miga: "Desata el León". El precio de la embarcación se desconoce, pero varias webs especializadas lo tasan en torno a los doce millones de euros.
Otro a destacar es el mencionado Leclerc. Menos lujoso que el de Verstappen, pero al que nadie le haría ningún tipo de asco. El piloto de Ferrari es el propietario del yate Monza. Una Riva DolceRiva, con un valor de más de 2 millones de euros que debe su nombre al famoso circuito italiano de F1. Por otro lado, está el de Lewis Hamilton, quien es propietario de un yate llamado Sunseeker 90 que tiene un valor de unos 4 millones. El puerto de Montecarlo suele ser el refugio habitual de las embarcaciones más poderosas de la F1.
Pero sin duda, Fernando Alonso es quien más destaca con su yate ecológico. Se trata de un Sunreef Power Eco 60, la gama más respetuosa con el medio ambiente de la célebre marca de barcos de lujo. Rafael Nadal también confió en la marca para su propio yate, aunque el balear optó por un modelo diferente: el Sunreef Power 80, más grande y más potente.
El barco de Rafa Nadal tiene 28 metros de eslora, mientras que el de Fernando Alonso tiene 18. El del asturiano, sin embargo, es mucho más ‘ecofriendly’. Posee dos propulsores eléctircos cuyas baterías se alimentan de los paneles solares flexibles situados en los laterales del catamarán. Toda una obra de ingeniería cuyo precio ronda los 4 millones de euros.