Jorge Martín se desespera con su mono: se sube la cremallera en mitad de la carrera

Jorge Martín es uno de los candidatos para llevarse el título de MotoGP, y en el GP de India lo ha dejado bien claro. Seguramente, el piloto madrileño ha vivido la carrera más dura de toda su vida. Salía en segunda posición y, tras batallar primero con Pecco Bagnaia y luego con Fabio Quartararo, ha mantenido sus aspiraciones terminando en esa plaza.

Pero la tarea no ha sido nada sencilla. Durante la carrera, además de esa batalla con sus rivales, también ha tenido que lidiar con la cremallera de su mono. Luego, tras todo el esfuerzo realizado, le ha dado como una especie de golpe de calor. Unas imágenes impactantes que ya están dando de hablar por las redes sociales.

El piloto de Pramac Ducati, además, está aprovechando a las mil maravillas los errores de Bagnaia. Si bien en el Gran Premio de Montmeló el italiano se cayó y tuvo la suerte de quedarse todo en un susto importante, en el Circuito Internacional de Buddh, Martín ha vuelto a recuperarle muchos puntos: Bagnaia se ha ido al suelo y el español se queda a solo 13 puntos del liderato.

Jorge Martín: golpe de calor y problemas con el mono

Las condiciones meteorológicas en la India son extremas. Aunque durante el fin de semana se han combinado momentos de lluvia con otros de más calor, la experiencia para un piloto es dramática. Las altas temperaturas hicieron que Martín terminase la carrera de una manera agónica, pidiendo mucha agua y reclamando al médico de MotoGP por un golpe de calor.

El momento de la cremallera

También impactante la imagen de Martín subiéndose la cremallera del mono en mitad de la carrera. Un contexto que no es inaudito en MotoGP, ya que a Quartararo le pasó algo muy parecido la pasada temporada.

De no subirse la cremallera podría haber desembocado en una sanción para Martín, algo estipulado en el reglamente desde que le ocurriera al de Yamaha. No es nada fácil tener la frialdad de, en mitad de carrera y en una curva, levantar un poco el gas y aprovechar unas milésimas para subirse la cremallera.