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Marc Márquez y una salvada al alcance de muy pocos: pudo terminar con una caída contra el muro

Marc Márquez, en el GP de Le Mans (Foto: MotoGP).
29 años buscando el rebufo de Alonso y Márquez.

Marc Márquez está atravesando el peor fin de semana desde que llegó a Ducati. Su adaptación a la Gresini parecía completada hace dos semanas en el Gran Premio de Jerez, pero todo parece haber cambiado en Le Mans. Este viernes empezaron los problemas al no clasificarse para la Q2; este sábado se ha corroborado en la clasificación final. No solo no pudo pasar a la Q2, sino que saldrá muy atrás: decimotercero.

Era el propio Márquez quien avisaba de lo complicado que se estaba poniendo el fin de semana. "Inesperado, pero yo lo iba advirtiendo: llegará un día, un circuito, un viernes, que tocará esto. Ha tocado en Le Mans. Ahora toca reaccionar. Por la tarde, ya desde el inicio, no me he encontrado muy cómodo, ya sea con la puesta a punto, ya sea por mi estilo de pilotaje, por todo. Intentaremos ahora reaccionar, que también es de lo que se trata, pasaremos por la Q1, que no es un buen plato, no me apetece mucho, pero intentaremos reaccionar y mañana dar un pasito".

"Yo esperaba las que he tenido. Menos en Portimao, que tuve más de la cuenta, ya tuve cuatro en un fin de semana, quitando esas no he tenido tantas. Hoy ha sido, me atrevería a decir, la primera caída por ir pasado del límite. Todas las otras... que si la mancha de agua, lo del freno, en Portimao que si el dispositivo trasero lo di cuando no tocaba... hoy ha sido la primera pasado de vueltas. Pero mientras sean resbalones, no pasa nada", añadía sobre las caídas que lleva esta temporada.

Marc Márquez, en el GP de Le Mans (Foto: Cordon Press).

Marc Márquez siendo Marc Márquez

Una lista de caídas que pudo agrandarse mientras Márquez buscaba un tiempo rápido para poder pasar a la Q2. Rondaba los últimos minutos y, a rueda de Enea Bastianini, Márquez rozó la tragedia. El piloto catalán tenía tan en mente marcar una buena vuelta que buscó en exceso el límite. Tanto fue así que la Gresini se endiabló y casi hace que Marc se cayera de nuevo. Por suerte, la maestría del catalán hizo acto de presencia para salvar una acción inverosímil.

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