Jorge Martín está viviendo su mejor momento en el Mundial de MotoGP. Tras un 2023 donde se quedó con la miel en los labios, esta temporada parece que lo tiene todo de cara para afrontar un curso de garantías y estrenarse como Campeón en la categoría reina. Son palabras mayores y tan solo se han disputado cinco Grandes Premios, pero lo visto este fin de semana en Le Mans roza la perfección. Sus sobresalientes resultados van de la mano con la incertidumbre sobre el futuro. Vestir de rojo en el box oficial de Ducati es la prioridad para él, pero no tiene una garantía clara y Marc Márquez también es un firme candidato para el puesto.
"No tengo nada que demostrar. He dejado durante los últimos años las cosas claras. Más que nada, a mí mismo. Soy alguien que sabe ir en moto y disfrutar. Es lo que he hecho, con un cambio de 'mood'. Me ha salido todo increíble, es el camino a seguir, habrá día buenos y malos, pero toca disfrutar del camino", resumía Martín en DAZN.
Esa rabia por el run run ha quedado clara no solo con sus declaraciones, sino con una celebración plagada de rabia y emoción. Nada más pasar la línea de meta, Martín era consciente de lo que había conseguido y su moto fue la primera en darse cuenta de la rabia que tenía acumulada. Unos golpes que terminaron con parte del espejo prácticamente roto y con una vuelta de honor haciendo gestos de reivindicación. Ya en el podio, esa fiesta seguiría con un entonado Márquez y un preocupado Bagnaia.
Marc Márquez tampoco quiso disfrutar de su segunda posición. Una nueva remontada dejó al piloto de Gresini al borde de la victoria en Le Mans. Desde 2021 no encadenaba dos podios seguidos, y con los segundos puestos conseguidos en Jerez y Le Mans da un paso importante en la lucha por el título. Pese a que él mismo insiste en ir con precaución, la realidad es que está tercero en la general a 41 puntos de Martín.
Pese a mantener un discurso cauto, Márquez sigue sin pensar en el título. "Eso dicen los resultados... Para luchar por un Mundial, hay que clavar lo que hacen Martín y Pecco. de momento, nosotros somos de ese grupo los que más altibajos tenemos. Este fin de semana hemos aprendido mucho, el viernes sobre todo. Ahora Montmeló, que se atraganta, veremos", zanja el piloto de Gresini.
Aún así, la alegría de Márquez fue patente desde el primer momento. Golpes en el pecho, gestos de alegría con la afición francesa. El catalán está de vuelta, recuperando una regularidad muy valiosa en clave Mundial. Además, la fiesta no solo fue en el podio, sino que se alargó al box. En Gresini están disfrutando de Márquez y Márquez está disfrutando de Gresini. Bailes, cánticos y mucha felicidad es lo que se ha visto en el box de la escudería italiana.