Marc Márquez encadena una de las rachas más positivas de los últimos años. Desde el año 2021, el piloto catalán no encadenaba dos podios seguidos. En ese momento, aún con Honda, logró ganar de manera consecutiva las carreras de Austin y de Misano. Tras ello, las lesiones volvieron a hacer acto de presencia y los malos resultados le obligaron a irse de Honda para poder a rendir al máximo nivel. Es ahí cuando aparece la opción de Gresini, y más concretamente, las buenas sensaciones encima de la moto. Ahora Márquez llega al Gran Premio de Montmeló en su mejor momento: encadena dos segundas posiciones en Jerez y Le Mans, además ya es tercero en la clasificación general.
"Después de cuatro años con muchas lesiones y de que no salieran los resultados, empiezas a dudar de ti mismo. Decidí hacer un cambio con el objetivo de volver a disfrutar y ser competitivo, y me está saliendo bien: estamos en la pomada. Para mí, solo el hecho de estar luchando de tú a tú con los dos pilotos que van más rápido encima de una Ducati, Jorge Martín y Pecco Bagnaia, ya es mucho. A nivel de trazado, este circuito no es de mis puntos fuertes, pero luego tienes el empuje de la afición, que ayuda mucho", destaca el propio Márquez en un acto de presentación del GP de Montmeló.
El hecho es que Marc Márquez llega a Montmeló en un gran momento. Y es más, llega con la oportunidad de abordar la segunda plaza en la clasificación general. Las últimas actuaciones hacen que el piloto de Gresini se esté convirtiendo en un claro contendiente al título. Tercero en el Mundial y solo por detrás de Martín y Bagnaia, Márquez se ha colocado en una situación inimaginable.
Si bien Montmeló no es el mejor trazado para los intereses del catalán, Márquez tiene por delante uno de los momentos más importantes de la temporada. Lo tiene, básicamente, por corroborar estar en un gran momento. Cuajar un fin de semana en un circuito donde se suele atragantar le daría aún más alas para la temporada. También le permitiría ganarse la licencia de seguir en la lucha por estar en Ducati en 2025, junto a Bagnaia. Es, en definitiva, una oportunidad de oro para reivindicarse.