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Los padres de Zarco van a verle al circuito por primera vez en 17 años y acaban llorando con su victoria

Los padres de Zarco van a verle al circuito por primera vez en 17 años
30 años buscando el rebufo de Alonso y Márquez.

Johann Zarco es uno de los pilotos más importantes del Mundial de MotoGP. El francés es bicampeón del mundo, tras lograr sus dos títulos en la categoría de Moto2. Es el más veterano de la parrilla actualmente y, estando en un equipo satélite, verle luchar por las victorias es casi utópico. Pero a veces, en el motociclismo, pasan cosas que 'ayudan' a esos pilotos a estar delante. En Le Mans, ha sido uno de esos días. El caos por culpa de la climatología era patente desde antes del inicio de la carrera y Zarco se ha coronado en su casa siendo el más listo de la clase. Sabiendo cuándo parar, cuándo seguir; cuándo apretar y cuándo tirar de cautela. Una victoria, la segunda de su vida en la categoría reina, que tiene un valor sentimental incalculable.

"Es difícil de creer. Aún sigo sin entender qué es lo que ha ocurrido. Las últimas vueltas se me han hecho bastantes largas. No quería quemar el neumático trasero. Marc iba bastante rápido, pero creo que también estaba cuidando el neumático trasero", confesaba el propio Zarco tras pasar la línea de meta. El piloto francés dejó varias imágenes para el recuerdo: desde aparcar brevemente en la línea de meta para celebrar la victoria con los suyos a su característico mortal al lado de la grada.

Los padres de Zarco van a verle al circuito por primera vez en 17 años

Zarco y la emoción de sus padres

Pero sin duda, la mejor imagen de la carrera en clave Zarco la dejaron sus padres. Hacía mucho tiempo que no visitaban a su hijo en una carrera mundialista, y qué mejor que verle en el Gran Premio de casa. Lo que seguramente no se esperaban, ni sus padres ni el propio Zarco, era verles en lo más alto del podio.

Una vez pasó por línea de meta, los padres de Zarco echaron a llorar. La primera imagen es de ambos en el box, viendo por la televisión cómo su hijo lograba la victoria. Otra, con el resto de mecánicos del equipo satélite de Honda. Los llantos y los abrazos se hicieron incontables, dejando uno de los momentazos del Gran Premio.

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