La Eurocopa está a la vuelta de la esquina para hacernos vivir un mes lleno de emociones con cada partido. Otras ediciones han estado llenas de sorpresas, de campeonas que nadie apostaba por ellas al principio y que terminaron coronándose como la mejor de Europa. Eso les ocurrió a Grecia, Dinamarca y Checoslovaquia.
Grecia fue la gran sorpresa en la Eurocopa de Portugal 2004 cuando consiguió imponerse en la final a la anfitriona por 1-0. Ha sido uno de los títulos más inesperados dela historia ya que antes de comenzar la fase de clasificación pocos eran los que esperaban consiguieran a la siguiente fase. Menos aún, de que consiguieran poco a poco plantarse en la final que terminaría levantando el trofeo.
Unos cuantos de años antes Dinamarca fue otra de las grandes sorpresas en una Eurocopa. El sueño de la selección danesa comienza cuando Yugoslavia fue excluida de la competición por estar involucrada en la Guerrra de los Balcanes. Una situación que propició que la llamada a la selección de Dinamarca, que se encontraba de vacaciones y tuvo poco tiempo de prepararse para el torneo. Poco a poco consiguió plantarse en la final y derrotar en la final a Alemania por 2-0.
La tercera gran sorpresa ocurrió en la Eurocopa del 1976 cuando Checoslovaquia consiguió su único título de la historia gracias al penalti de Panenka. Fue la primera final que se decidía en los penaltis y cayó para el lado de los checoslovacó gracias al penalti decisivo anotado por Antonin Panenka, hasta entonces nadie había lanzado uno igual.