El mayor premio que se lleva un futbolista sobre el campo es el gol. El gol decide resultados, da victorias a unos y derrotas a otros, y por eso se merecen una buena celebración.
En algunos casos, más que las dianas saltan a la fama el modo que tienen los jugadores de festejar los tantos, donde pueden dar rienda suelta a su imaginación para el jolgorio (o enfado) de sus aficionados.
El eterno emperador de Roma, Francesco Totti, tiene su sitio en esta lista después de la celebración que nos dejó tras su golazo de volea al eterno rival, la Lazio, en el derbi disputado en la 2014/15.
Su segundo tanto del partido, el del empate, será recordado entre la afición ‘giallorossa’ después de que su capitán se inmortalizara con un ‘selfie’ junto a una afición entregada a la mayor leyenda de su historia.
Un compañero suyo, Florenzi, también fue noticia con una celebración, aunque en su caso se tratase de una circunstancia más emotiva.
Esa misma temporada, tras anotar el 2-0 en el Roma-Cagliari, el lateral derecho italiano corrió hacia la grada esquivando a toda la seguridad para abrazarse a su abuela, presente aquella tarde en el Olímpico de Roma.
Sin movernos de Italia, encontramos el caso de Cristiano Lucarelli, delantero transalpino que, durante toda su carrera, mostró su amor por el Livorno, club en el que jugó en varias etapas y del que fue capitán.
Tanto quería demostrar su amor que quizás se le fuera de las manos. Después de un tanto marcado en el Armando Picchi, Lucarelli se quitó la camiseta y mostró a la afición hasta dónde llegaba su sentimiento ‘amaranto’.
No hay nada como ver cómo te aplaude tu afición que acude a tu estadio después de un tanto que pueda significar la victoria de tu equipo.
Sin embargo, cuando no hay afición siempre se puede innovar, como Koub, jugador del Trakai, cuando anotó el tanto postero del empate ante el Zalgiris, líder de la liga lituana que se dedicó una ovación a sí mismo.
Aunque si hablamos de innovación, debemos recordar al Stjarnan, equipo islandés cuyas celebraciones hace unos años en la liga de su país dieron la vuelta al mundo.
Tenemos varias para elegir: la bicicleta, la pesca del salmón, el servicio o los bolos. Ese año no ganaron la liga, pero consiguieron el cariño de medio mundo por su originalidad.
Un delantero como Van Nistelrooy de sangre fría y que ha destacado durante toda su carrera por evitar entrar en polémicas tiene su sitio en esta lista por una celebración restregándole su tanto en la cara a un rival, de Andorra.
Todo cambia cuando descubrimos que previamente el defensor andorrano se había mofado del ex de Real Madrid, Málaga y Manchester United después de lanzar un penalti al poste.
Otro delantero como Mario Balotelli también ha mostrado una tranquilidad plausible durante gran parte de su carrera, aunque en su caso la desgana parte como de las causas de esa sangre fría.
Su gol más célebre, en la semifinal de la Eurocopa de 2012 ante Alemania, vino acompañado de su no menos famosa celebración. Tras limpiar la escuadra de Buffon con un trallazo, se quitó la camiseta para enseñar músculo a la cámara y dejar una imagen para la historia.
Todo lo contrario a Balotelli se vio en un partido de una liga de aficionados después de que un jugador marcara un gol que, por lo que se vio después, llegaba cargado de rabia.
Después de anotar, se recorrió todo el tramo desde la portería hasta el área técnica sin reaccionar ante nadie hasta destrozar de un cabezazo el banquillo para sorpresa de todos los allí presentes.
De un cabezazo a una llave de lucha libre, la que se vio en un partido de la liga mexicana cuando Ángel Reyna, futbolista del Pachuca, lanzó a su compañero con un ataque característico de los luchadores del país azteca.
La Federación mexicana incluso intercedió para que Reyna no celebrase más sus goles de esta guisa, algo que molestó al jugador, quien declaró que le estaban quitando “la chispa al fútbol”.
Cerramos esta lista con el delantero francés del Olympique de Marsella Bafetimbi Gomis, que causó un gran impacto a su llegada a la Premier League con una celebración en la que demostraba ser ‘el rey de la selva’.
Con el Swansea, después de un tanto en el Liberty Stadium ante el Manchester United, Gomis se dirigió hacia la grada imitando a un león, algo que repitió tras marcar en jornadas posteriores.