Los Golden State Warriors lograron ante los Cleveland Cavaliers su segundo título de la NBA en tres años con una superioridad aplastante, perdiendo sólo un partido en las cuatro rondas de play off.
El equipazo formado por jugadores de la talla de Stephen Curry, Kevin Durant, Klay Thompson, Draymond Green, Zaza Pachulia o Andre Iguodala tiene todas las bases para conformar un equipo que marque historia en la liga norteamericana de baloncesto.
Récords como el mejor arranque en la historia de unos play off, las 73 victorias en una temporada de liga regular, el mayor número de triples anotados en una temporada no hacen sino confirmar que estamos ante una franquicia de época, similar a la de estos tres equipos que dominaron la NBA en décadas pasadas.
La primera gran franquicia dominadora en la historia de la NBA fueron los Boston Celtics de finales de los 50 y la década completa de los años 60, encarnados en la figura de Bill Russell. El pívot disputó trece temporadas en la liga conquistando 11 títulos en esos años. Todo bajo el mando de Red Auerbach desde el banquillo, el hombre que hizo de los Celtics el equipo con más campeonatos en la historia NBA.
Russell completó un gran equipo en el que ya triunfaban Bob Cousy y Bill Sharman y al que se uniría en 1957 Sam Jones. Después de ganar a los Hawks en las Finales de 1957 en el primer año de Russell, nada pudo parar a los Celtics, ni siquiera la irrupción de Wilt Chamberlain. El único jugador en anotar 100 puntos en un partido de la NBA mantuvo con Russell un duelo espectacular durante todos los años en los que se enfrentaron, con todo tipo de récords individuales para Wilt y títulos para Bill.
Con la llegada posterior de John Havlicek y el paso de Russell a ser entrenador-jugador, Boston consiguió aumentar su dominio, logrando entre esos años todos los títulos entre 1957 y 1969 salvo las ediciones de 1958 (lograda por los Sant Louis Hawks) y las de 1967 (victoria de los Philadelphia 76ers). Bob Cousy lograría el MVP de 1957 y Russell cinco galardones en total, en 1958, 1961, 1962, 1963 y 1965.
Con Red Auerbach como GM, Boston siguió liderando la NBA, aunque en los años 80, dentro de otra gran generación 'celtic', surgió un equipo que amenazó el liderato de los verdes. Ni más ni menos que Los Angeles Lakers del 'showtime', el espectáculo hecho baloncesto. El juego ofensivo de los hombres entrenados por Pat Riley supo enganchar a toda una generación, cuando el seguimiento de la liga iba a menos.
Y es que todo es más fácil cuando el juego de tu equipo lo marca Earvin Johnson. Este nombre no sonará a muchos, pero se trata ni más ni menos que de 'Magic', el base de la eterna sonrisa. Y Magic no estaba solo. Junto a él, el máximo anotador en la historia de la NBA, Kareem Abdul Jabbar, James Worthy, el hombre que siempre aparecía en el momento decisivo, y secundarios de lujo como Byron Scott, Michael Cooper o AC Green.
Cinco títulos en los 80 y otras tantas finales en un plazo de 13 años fue el gran bagaje del equipo amarillo y púrpura. Los MVP de las Finales se repartieron entre los tres de Magic (1980, 1982 y 1987), y uno para Kareem (1985) y Worthy (1988), siendo los dos primeros además MVP de la temporada regular en tres ocasiones cada uno. La retirada de Abdul-Jabbar y el anuncio de Magic de que había contraído el sida llevaron a la reconstrucción a una franquicia de época.
Con dos títulos intermedios de los Detroit Pistons, los encargados de relevar a los Lakers como grandes dominadores de la NBA fueron los Chicago Bulls. La franquicia de la 'Ciudad del Viento' nunca había logrado un anillo, pero todo cambió con la llegada de Michael Jordan a la franquicia en el draft de 1984.
Desde ese año, los Bulls habían dado un paso adelante convirtiéndose en un duro competidor en play off, pero no fue hasta los años 90 cuando llegó el primer título. Y serían tres seguidos, los conquistados en 1991, 1992 y 1993 ante Lakers, Blazers y Suns, respectivamente. Junto a Jordan, aparecía Scottie Pippen como gran lugarteniente además de otras piezas de equipo, como Horace Grant, Toni Kukoc o John Paxson.
En 1993 Jordan dejó la NBA durante dos años después del asesinato de su padre, probando, sin éxito, fortuna en el béisbol. A su vuelta en 1995, con algunas variaciones como la llegada de Dennis Rodman, Steve Kerr y Ron Harper, los Bulls de Phil Jackson volverían a arrasar con tres títulos más seguidos, frente a Supersonics y Jazz (en dos ocasiones). Jordan arrasó durante esos años con cinco MVPs de la liga regular y seis en las seis Finales ganadas por los Bulls.