La mayoría de los mejores jugadores de la actualidad estarán presentes en el Mundial del próximo verano en Rusia. Messi, Cristiano, Luis Suárez, Neymar, Isco, Griezmann, Pogba, Muller, Lukaku, De Bruyne... aunque no todos corren la misma suerte.
Desde que en 1930 Uruguay acogiera el primer Mundial, varias estrellas en la historia del fútbol se han quedado sin saber qué es jugar una cita de estas características, por muy diversas causas.
Ya sea por la debilidad de sus selecciones, por disputas entre los futbolistas y seleccionadores en los mejores momentos de su carrera o por lesiones inoportunas, estas 10 estrellas nunca han conseguido jugar el torneo de selecciones más prestigioso del mundo.
Ni siquiera jugando para tres selecciones (Hungría, Checoslovaquia y España) fue capaz Ladislao Kubala de disputar un Mundial. Con su marcha a Barcelona se perdió la Copa del Mundo de 1954 en la que los magiares llegaron a la final con Puskas o Kocsis, mientras que con la selección española inexplicablemente no pudo clasificarse para la cita de 1958 pese al equipazo español. Sí dirigió a la Roja en el Mundial de 1978, ya como entrenador.
La carrera de Kubala a nivel internacional se asemeja mucho a la de Alfredo di Stéfano. Ni con Argentina, ni con Colombia ni con España pudo llegar a un Mundial. Y eso que estaba prevista su participación en 1962, pero una lesión de última hora le dejó sin jugar a pesar de viajar a Chile con el resto de la delegación española, impidiendo verle junto a Puskas, Luis Suárez, Gento y compañía. En 1950, todavía con Argentina, la albiceleste renunció a participar por sus disputas con Brasil.
La mala suerte quiso que George Best llegara demasiado joven para el Mundial de 1958 y demasiado mayor para 1982, fechas de dos de las tres clasificaciones de Irlanda del Norte para un Mundial. El 'quinto Beatle' coincidió con una etapa de malos resultados de los norirlandeses, en una situación política complicada por las batallas entre católicos y protestantes. Fue considerado para el Mundial de España, pero finalmente su seleccionador se echó atrás, consciente del mal estado físico de Best debido a sus excesos.
Tras conquistar la Eurocopa de 1980, Bernd Schuster se presentaba como la gran estrella alemana del futuro junto a Rummenigge. A sus 21 años, acababa de fichar por el Barcelona y conquistaría ese año el Balón de Plata. Sin embargo, a partir de una ausencia sin permiso de una convocatoria de Alemania para ir a ver su hijo recién nacido, comenzaron sus problemas con la federación germana que le impedirían volver, retirándose del fútbol internacional a los 24 años.
Otro jugador díscolo también se quedó sin Mundiales debido a su difícil carácter. Eric Cantona tuvo la mala suerte además de ver cómo Francia se quedaba fuera de las citas de 1990 y 1994, con otras estrellas como Papin o Ginola. Para la Euro de 1996, su relación con el seleccionador galo Aimé Jacquet ya era imposible, aunque, pese a que se retiró en 1997, afirmó que podría haber esperado al siguiente año si el técnico hubiera contado con él para la cita disputada en casa en 1998, en la que Francia logró su único Mundial.
Una auténtica estrella de los años 90 como George Weah también se quedó sin jugar un Mundial. El primer Balón de Oro africano de la historia nunca pudo llevar a la débil Liberia a una cita mundialista pese a coincidir con la apertura de plazas para los continentes más desfavorecidos en 1998. Egipto, Túnez y Nigeria les dejaron fuera en 1990, 1998 y 2002, respectivamente. La guerra civil sufrida por el país durante principios de los años 90 tampoco ayudó a construir un equipo de garantías.
El Balón de Bronce en 1995 Jari Litmanen también tuvo complicado acceder a una fase final de un gran torneo de selecciones al no tener compañeros cercanos a su nivel en Finlandia. A pesar de sus 137 partidos con la selección finlandesa y sus 25 años de carrera profesional, el ex del Barcelona se quedó cerca en 2010, después de que Finlandia quedara tercera de grupo por detrás de Alemania y Rusia, sin poder jugar la repesca.
Otro de los casos más conocidos ha sido el de Ryan Giggs. El genial extremo de Gales y el Manchester United nunca pudo un torneo con la selección del dragón, que sólo consiguió la clasificación mundialista en 1958. Sus más de 100 partidos con el combinado galés no tienen el sello de un Mundial, pese a ser uno de los tres jugadores con más títulos oficiales en la historia del fútbol junto a Dani Alves y Maxwell.
El testigo de Giggs como líder destacado de Gales lo ha tomado Gareth Bale. A pesar de lograr unas semifinales históricas en la Eurocopa disputada el pasado año en Francia, el Mundial se le sigue resistiendo al jugador madridista. En la edición de este año, no lograron acceder a la repesca después de caer 0-1 ante Irlanda en el partido definitivo del Grupo D. El extremo de Cardiff no pudo estar con los suyos debido a una lesión.
Al igual que George Weah, Pierre Emerick Aubameyang tiene una tarea complicada con la débil selección gabonesa si no quiere ver acabada su carrera sin disputar un Mundial. El delantero pudo elegir jugar con España o con Francia, pero escogió al combinado que dirige en la actualidad José Antonio Camacho. Sí llegó a ser máximo goleador con las 'panteras' en la Copa de África disputada en su país en 2012. Gabón ha finalizado tercera por detrás de Marruecos y Costa de Marfil por una plaza en Rusia 2018.