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El sacrificio de la maternidad

Celia Pérez

El deporte exige sacrificio, entrega, pasión… miles de horas, días y años de dedicación para llegar a la cima y poder competir entre los mejores. Nadie te regala nada, y mucho menos si eres mujer y madre. Este domingo se celebró el Día de la Madre, pero el largo camino hasta la élite no es nada fácil para las deportistas madres, tampoco para las que no lo son. Cuando lo consiguen, sus condiciones se encuentra a años luz de las competiciones masculinas: los premios son menores, los aficionados son inferiores y la repercusión en los medios es casi nula.

Es solo el principio de una larga carrera llena de obstáculos, y más aún si tenemos en cuenta la maternidad. Durante años la maternidad se consideró como el punto y final en la carrera profesional de las mujeres. Si una deportista de élite quería ser madre tenía que despedirse para siempre de la alta competición. 
Hoy en día, gran parte de las limitaciones y los mitos se han derribado, pero sigue quedado un largo camino por el que seguir luchando. Si una mujer deportista decide convertirse en madre debe estar mentalizada: todos sus esfuerzos tendrán que ser dobles, o triples. Debe ser consciente de que todas sus horas de trabajo ya no tendrán la misma recompensa. Tendrá que ver cómo puede salir de una convocatoria de un equipo nacional porque los puntos ya no son los de hace un año. Cómo le pasan por delante deportistas con menos méritos, pero sin ese periodo de inactividad de la maternidad. O debe 'asumir' que debe pasar del número uno del ranking WTA al 491 porque esos puntos no se protegen durante el periodo de maternidad.

La maternidad deja a Leire sin convocatoria nacional

Hay muchos ejemplos de cómo la maternidad no se tiene en cuenta en distintos deportes o competiciones. Y cómo supone para la deportista en cuestión una clara discriminación. Por ejemplo, la mejor 'pistard' española de los últimos años ha decidido poner punto y final a su carrera profesional. La ciclista vasca Leire Olaberria volvió a la competición el verano pasado, después de meses de baja por su reciente maternidad, con la clara intención de seguir al máximo nivel. Un ejemplo de superación y esfuerzo para Leire"Mi nivel deportivo es igual de bueno que antes. Y defiendo que puedo hacer el mismo trabajo que antes aunque no pueda estar tantos días fuera de casa o aunque tenga que llevar a mi hijo a las concentraciones y contar con alguien que lo cuide mientras compito o entreno", apuntaba Leire.. Un gran reto que se vio enturbiado por la decisión de Raúl Mena, seleccionador nacional de pista.
Decidió no contar con ella ni para la Copa del Mundo ni para el Mundial de pista de Holanda. La maternidad le ha supuesto la pérdida de becas y puntos en el ranking mundial. Una ciclista más joven, que sí contaba con puntos UCI pues no había dejado de competir, ocupó su lugar.
Pese a que Leire ha sido bronce en la puntuación de los Juegos Olímpicos de Pekín, dos veces bronce mundial de la Copa del Mundo Omnium, campeona de Europa y ganadora de la Copa del Mundo de Omnium en 2010. El periodo de inactividad durante la maternidad le supuso un perjuicio claro.

La caída del nº 1 al 491 de Serena Williams

La tenista estadounidense no necesita presentación. De ser la número 1 a la 491. Esa fue la penalización de Serena Williams cuando regresó a la competición seis meses después de dar a luz, en septiembre de 2017, a su hija Alexis Olympia. 
Y es que la política de la WTA sólo protege su ránking de las tenistas durante ocho torneos, y sin la opción de hacerlo como cabezas de serie, una medida que presiona a las jugadoras a tener que volver lo antes posible, con las dificultades psicológicas y físicas que supone su profesión.
Mientras que en 2014 Roger Federer se tomó cinco días tras ser padre de su segundo par de mellizos, y el francés Jo-Wilfried Tsonga se ausentó el año pasado de un torneo, concretamente en Miami, para estar cerca de su pareja, que estaba embarazada, las renuncias que tienen que hacer las tenistas distan mucho de las de sus colegas en la ATP.
Las mujeres no deberían de ser penalizadas por ser madres. Por eso, la protección del ranking tras la maternidad es una de las reivindicaciones que empiezan a tomar cuerpo en el mundo del deporte.

Sin patrocinadores tras la maternidad

La campeona del mundo de windsurf Blanca Manchón perdió todos sus patrocinadores cuando anunció que iba a ser madre. En 2017 tuvo que presentarse a una prueba del campeonato internacional con una vela prestada pagándose el viaje de su propio bolsillo. 
"Llevo cuatro meses entrenando en serio y casi 4.000 euros gastados de mi bolsillo. Dos días antes de dar a luz, mi principal patrocinador no me renovó el contrato y el resto de marcas dejaron de apoyarme también", explicó en Marca.
Pero Blanca no se dio por vencida y al mes de nacer su hijo comenzó a navegar. Y siete meses después, la sevillana se proclamaba campeona del mundo de Raceboard.
Y por delante el difícil reto de compatibilizar su carrera con la de ser madre. Un esfuerzo infinito de normalizar la vida de una deportista de élite con ser madre. Viajar con familia, con todo el material y su bebé, que a estas alturas ha estado con ella en ciudades como Japón. 
Una lucha infinita de las mujeres deportistas que ha vuelto a salir a la palestra a raíz de la imagen de la jugadora de hockey hielo canadiense Serah Small, amamantando a su bebé de ocho semanas en el vestuario durante el descanso de un encuentro. Por delante, la pelea contra las falsas creencias y tabúes que rodean uno de los hechos más especiales en la vida de una mujer y que, a día de hoy, la siguen discriminando en el mundo del deporte por el mero hecho de ser madre.  



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