En Estados Unidos hay un modelo de negocio que ha triunfado en la última década: comprar (o alquilar) varios pisos para ponerlos en alquiler a través de AirBnB. Los bancos han sido laxos a la hora de permitir esta práctica y conceder financiación a particulares para que montaran su negocio comprando casas, remodelándolas y particionándolas para que pudieran acoger a huéspedes.
Ese modelo, que ha llevado a que existan, solo en Estados Unidos, más de 660.000 alojamientos listados en AirBnB, se está cayendo como un castillo de naipes con la situación actual. La pandemia de Coronavirus ha eliminado los clientes en la práctica totalidad de los alojamientos de AirBnB que ahora, en el mejor de los casos, quedan para ofrecer servicio a personal necesario en la lucha contra la pandemia.
Así lo explica este usuario en un tuit:
AirBnB is about to crash the US housing market. Thousands of super-hosts who bought 10, 20, 30 properties with mortgages and are heavily levered...are all about to default.
Without travel there is no rental income to pay these mortgages.In 2-3 months - 2008 all over again
Boom— ZeroHedge (@govttrader) March 31, 2020
ZeroHedge comenta: "AirBnB está a punto de romper el mercado inmobiliario en Estados Unidos. Miles de super-hosts (en referencia a los anfitriones con más alojamientos disponibles) que compraron 10, 20, 30 propiedades con hipotecas... está a punto de la bancarrota. Sin viajes no hay ingresos para pagar esas hipotecas. En 2-3 meses volveremos a 2008. Boom". Sin duda, una opinión que a muchos expertos les parece exagerada por el peso total que suponen estos negocios en la economía del país.
Que ese peso no sea decisivo para una quiebra del sistema inmobiliario a nivel nacional, no implica que no existan miles de dramas personales.
De hecho, esta situación se repite en España. Hay pequeños propietarios que han ido aumentando su patrimonio a base de hipotecas parciales o subalquileres. Esto les ha permitido adquirir —o alquilar— varios bienes inmobiliario y ponerlos en AirBnB a disposición de otros huéspedes.
A pesar de que el problema es menor que en Estados Unidos, las cifras no engañan: entre junio, julio y agosto de 2018 más de 3,6 millones de clientes eligieron AirBnB para sus vacaciones de verano en España. Gastaron un promedio de 99 euros por noche.
Más de 5 millones de casas en 81.000 ciudades del mundo, AirBnB ha generado más de 41.000 millones de euros a lo largo de más de 300 millones de operaciones de alojamiento en los últimos 10 años.
El crecimiento imparable de la plataforma ha sufrido un parón que están intentando mitigar sus responsables. Para ello han destinado un fondo de 227 millones de euros que irán a parar a los anfitriones. Recibirán un 25% de lo que normalmente les hubiera correspondido.
ElDesmarque ha contactado con uno de estos anfitriones —que prefiere mantenerse en el anonimato— para conocer la situación actual. “Esa ayuda es totalmente insuficiente”, afirma. Lo habitual en España es subalquilar. “Es decir —explica— se le garantiza al dueño de la casa un mínimo de alquiler mensual y tú lo mueves por Internet. Consigues que te dejen la casa en unos 500 o 600 euros mensuales y tú obtienes unos ingresos netos de 1.500. Cada inmueble puede arrojar un saldo positivo de 1.000 euros mensuales”.
Esta situación ha provocado la subida de los precios de los alquileres y la reducción de la oferta de una manera espectacular. No es fácil alquilar pisos en las principales ciudades, y cuando esto es posible, su precio es desorbitado para los jóvenes que desean emanciparse.
Vuelvan a alquilar los pisos a las personas que viven en la ciudad. El alquiler turístico de viviendas ha reducido la oferta para los autóctonos y encarecido los alquileres de los contratos de larga duración.