La pandemia de coronavirus ha dejado patente la importancia de contar con pruebas (test) capaces de diagnosticar a la población frente al COVID-19 y su realización masiva es una de las principales exigencias de profesionales sanitarios, expertos, partidos políticos y organizaciones.
Test de ARN, test inmunológicos y test rápidos son los tres tipos fundamentales de pruebas de diagnóstico del COVID-19, según explica la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), que ha lanzado la campaña #TecnologíaparaVivir con el objetivo de mejorar el conocimiento sobre estas pruebas. Además, ha elaborado la siguiente infografía.
1.- Test de ARN (de diagnóstico). Utilizan una muestra nasofaríngea que se analiza en un laboratorio. Con este tipo de prueba (incluye los PCR y otros test de ácidos nucleicos) se detecta la presencia de material genético del virus. Se trata de una prueba de infección activa, que en cuatro horas ofrece muy buena sensibilidad y especificidad. En 24 horas permite llegar a obtener hasta 1.500 resultados.
2.- Test inmunológicos. Pueden ser a la vez:
Son una prueba de infección activa y a la hora se pueden obtener hasta 200 resultados.
Es una prueba indirecta de inmunidad, de que la enfermedad está activa o ha sido pasada. Al igual que el de diagnóstico se pueden obtener hasta 200 resultados a la hora.
3.- Test Rápidos que, al igual que los anteriores, pueden dividirse en:
Supone una prueba de infección activa y los resultados pueden conocerse a los 10-15 minutos.
Es una prueba indirecta de inmunidad o de que la enfermedad está activa o pasada. Sus resultados también están disponibles en 10-15 minutos.