Hay pocas dudas de que el mundo va a cambiar en muchos aspectos tras la pandemia del coronavirus. Uno de ellos puede ser el de la arquitectura, más aún tras una cuarentena que ha obligado a millones de personas a quedarse encerradas en sus casas durante un largo espacio de tiempo.
Un hecho que puede condicionar los diseños del futuro. Estar encerrado durante 50 días en casa, como nos ha pasado en España, puede ser un factor clave de cara a la arquitectura a medio plazo. Los arquitectos Ricardo Casal y Carlos Paternina, junto con Ana Samper, han analizado en una entrevista en El Mundo cuáles podrían ser los aspectos a tener en cuenta.
La versatilidad será un factor clave. Destacan los tres que las casas del futuro tendrán que ser más flexibles, más saludables y con espacios más abiertos. Todo ello con materiales más modernos que no deberían encarecer su precio, sino mantenerlo.
Los balcones, por ejemplo, cobrarán más importancia. "Siempre se han utilizado para ganar metros a la vivienda y ahora se han revelado como la parte pública de la casa. Son un alivio", dice Ricardo Casal. El arquitecto propone también una vivienda flexible, con tabiques móviles o puertas correderas que permitan transformar un salón en una zona de juegos para los niños.
"La cocina, por ejemplo, puede convertirse en una oficina con sólo bajar un panel desde el techo hasta el suelo y tapar los muebles, los fuegos y la encimera", declara Carlos Patermina, que también apuesta por hacer viviendas más sostenibles y señala la aerotérmina para ahorrar costes en luz y agua.
Ana Samper, por su parte, señala la Certificación Well como una herramienta clave para medir la calidad del aire, del agua y de la luz. En la práctica, se traduce en la elección de los materiales y el hecho de tener superficies que no absorban virus sin perder eficacia.