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Alba Vázquez: una joven perla de la natación que quiere ser la nueva Mireia Belmonte

Se suele decir que la edad es un grado y que con la madurez se alcanza un estado mental que difícilmente logramos en la juventud. Sin embargo, esto no se cumple a rajatabla y hay quien, siendo todavía una adolescente, obtiene un nivel de entendimiento digno de envidiar. Tal es el caso de Alba Vázquez, una jovencísima nadadora que ya sabe lo que es triunfar, que está preparada para recoger el testigo de Mireia Belmonte y que nos ilumina este camino que en ElDesmarque estamos haciendo de la mano de Iberdrola para insistir en que #EllasValenOro.

Hace apenas unos meses, Alba todavía militaba en la categoría júnior. De ella se ha traído un oro en el Campeonato del Mundo en los 400 metros estilos, donde además batió un récord. Sus mínimas rozan la perfección y sólo necesita igualarlas para hacerse un hueco en la expedición española que nadará en Tokio en 2021, tras el aplazamiento de los Juegos Olímpicos por la pandemia del coronavirus. Estos triunfos son los frutos que recoge la onubense tras muchos años de esfuerzo que le han servido para crecer tanto física como intelectualmente. No erró su madre cuando decidió apuntarla a natación para perder el miedo a que la niña se ahogara en uno de los interminables días de verano en las playas de Huelva.

Alba nos habla desde el Centro de Tecnificación Deportiva de Málaga, donde, desde hace tres años, la entrena Xavi Casademont. "Es de las decisiones que estoy más orgullosa de haber tomado, porque yo estuve un año en Huelva (en el CN Colombino) y allí no fui capaz de mejorar ninguna de mis marcas e iba a la competición y se perdía la ilusión porque llevaba un tiempo sin mejorar y pensaba: '¿Para qué?'. Hay que tener paciencia, pero con esa edad, paciencia es lo que menos tienes. Con Xavi sí que noté la progresión cuando me vine a Málaga y además fue bastante rápida", recalca la andaluza.

A pesar de sus éxitos, no tenía las expectativas de que su talento la hiciera llegar tan lejos de una forma tan rápida: "Me esperaba ir a algún europeo o conseguir ir con la selección a algún sitio internacional, pero campeona del mundo no me lo esperaba para nada, ni el récord, ni siquiera campeona de Europa. Iba a pelear por un puesto en la final, pero para nada esperaba todo lo que he ido consiguiendo el año pasado". Pulverizando tiempos, así vivió Alba su 2019.

Alba Vázquez, en una competición.

La 'Mireia Belmonte de Huelva' quiere ir a Tokio

Su progreso vertiginoso, sus grandes dotes y, sobre todo, su capacidad de trabajo han ayudado a Alba a convertirse en la heredera de Mireia Belmonte en la natación española. Y esto, lejos de suponer una losa para la onubense, es un halago: "Al principio había un poco de presión, pero a lo largo del año me he ido acostumbrando a que me lo dijeran y ya me da igual, es ilusión. Con la edad que tengo, todavía me queda mucho por delante para progresar y mejorar y entonces el objetivo sería intentar ganar a Mireia antes de que se retire. No sé cuánto tiempo seguirá nadando", señala decidida.

Pero la de Badalona no es su único referente. Alba se fija mucho en Katinka Hosszú y reconoce que, a pesar de su progresión, todavía se antoja complicado poder superarla. En este caso, la experiencia sí es un grado. "Este año era mi primer año como absoluta y no me ha dado mucho tiempo. Fui a la ISL (International Swimming League) y llevaba dos semanas entrenando. Se nota mucho la diferencia de ir con gente de tu edad, incluso cuando eres júnior de segundo año, a ir con gente que tiene a lo mejor 28 años como Katinka Hosszú, no se puede comparar. Es un mundo totalmente distinto, es una natación distinta", destacaba la joven nadadora.

"Y también está claro que yo no tengo ni la mitad de experiencia que tiene Mireia y competir con ella en ese aspecto... Ella tiene ventaja", apunta, aunque no cree que todo sea blanco o negro: "También yo soy más joven y eso te da ventajas en algunos aspectos, tengo más margen de mejora".

Su sueño, muy sencillo: estar en Tokio el próximo verano. Y, por qué no, meterse en una final. "Este año ya íbamos a por la mínima en el Open, pero a falta de dos semanas pasó todo lo del confinamiento y ahora tenemos más tiempo. Realmente solo tengo que repetir la marca que tengo, porque ya hice la mínima cuando quedé campeona en el mundial. No es fácil, pero ya la hice y va a pasar un año y medio antes de que tenga que repetirla. Entonces creo que puedo conseguirlo. Y vamos a trabajar para meternos en una final olímpica, que estaría bastante bien", confiesa Alba.

A pesar de la velocidad de relámpago a la que ha sucedido todo en la corta carrera de esta chica de Huelva, ella sólo se arrepiente de que no haya empezado antes: "De estos tres años con Xavi, diría que no me arrepiento de nada. A lo mejor de no haberme venido un año antes. Igual no habría aguantado, pero como tampoco lo sé…".

Alba Vázquez, durante una competición con el CN Colombino (Foto: Canterla).

Fría como el hielo y con la cabeza a la altura del cielo

Alba Vázquez tiene dos cualidades que la hacen especial. Una es su cabeza fría, sus nervios de acero, que la mantienen lista para la competición. La otra es su gran altura (ya va por 1,80 metros) que, como ella dice, tiene pros y contras para la natación. Lo que sí está claro es que es una nadadora única y que tiene las cualidades necesarias para llegar a lo más alto.

De su frialdad, la de Huelva recalca que ella la tiene de forma innata. No obstante, está convencida de que es un aspecto en el que se puede trabajar, "pero es un poco difícil". "Yo me pongo muy nerviosa, pero cuando llega el momento de tirarme al agua, los nervios no me influyen en la prueba, no me sale algo mal", confiesa Alba. "Yo tengo la suerte de que lo tengo de por sí, sobre todo porque todo ha ido muy rápido y cualquier persona se cagaría de los nervios y yo estoy cagada de los nervios también en la cámara de llamada, pero luego me tiro al agua y no me influyen. Doy gracias por tener esa capacidad", reseñaba finalmente.

En cuanto a su altura, la onubense cree que "obviamente ayuda por la envergadura", pero eso de que "eres más alto y tienes más piernas y más potencia en las salidas", ella no lo cumple. "Mis salidas son normales y mi velocidad de reacción es malísima y salgo la última siempre. Tiene sus cosas buenas y malas. Por ejemplo, al dar la vuelta, volteando en la pared, soy muy lenta porque soy muy alta y me cuesta mucho girar. Voy bien con la altura que llevo, sobre todo a braza por el deslizamiento, pero por lo demás…".

Aunque la braza es lo que mejor se le da, también es lo que más le cansa muchísimo. "Entrenando se nota muchísimo que es en lo que peor lo paso. Acumulo más lactato y me canso muchísimo más, me destroza", informaba.

Tanto su familia como ella misma han tenido que hacer grandes sacrificios. Su madre conduce todos los viernes desde Huelva hasta Málaga para recogerla y, ahora que en el CETD de La Costa del Sol han alargado los fines de semana hasta el lunes por la mañana, pueden pasar más de 24 horas en casa antes de volver a los entrenamientos. Y ella, cuando está en el centro, tiene una dura rutina que se ha visto algo suavizada en la vuelta tras el confinamiento. Despertarse al alba y acostarse tarde después de entrenar y estudiar es la rutina en la que se basa el día a día de Alba.

Su futuro y el de la natación

Alba tiene claro lo que hará cuando deje de competir: seguir nadando. Quiere estudiar Fisioterapia -se presenta en estos días a la selectividad- y hacer las oposiciones a la Policía. Y, al mismo tiempo, quiere hacer un curso de entrenadora para no salir del agua aunque ya no pueda continuar contendiendo. "También quiero hacer un curso de fotografía porque tengo una cámara y me gusta muchísimo hacerle fotos a mis compañeros en las competiciones, pero eso será lo último ya", destaca.

El de la natación en España lo ve algo más complicado. Y se debe a muchos factores. "En Andalucía sólo tenemos Málaga como centro de tecnificación. Y si quisiera irme a algún sitio sería fuera de Andalucía y estaría la opción de Madrid, pero no está bien estructurado porque todavía no tienen entrenador fijo. Y la otra opción sería Barcelona, con Fred (Vergnoux), con el grupo de Mireia y eso. Obviamente estoy muy bien con Xavi y tengo claro que no me voy a ir de Málaga, pero si quisiera, tampoco tendría muchas opciones y eso es un problema", explica la onubense.

Reconoce asimismo que "es un poco difícil compaginar los estudios con los entrenamientos". "Este año me ha costado bastante sacarme segundo de Bachillerato ", confesaba Alba, que añadía: "Yo he tenido muchos profesores muy buenos que me han ayudado bastante. Si volvía después de tres semanas fuera, me explicaban lo que necesitara, o me movían los exámenes donde pudieran para yo poder hacerlos antes de irme de concentración o se los mandaban a mi entrenador para que me los hiciera él. Pero hay otros años que me han tocado algunos profesores que no ayudan y que me decían que, si me iba tres semanas, no me podían evaluar, aunque tuviera justificante, y no me podían aprobar", explicaba.

El test para conocer mejor a Alba Vázquez

Alba Vázquez acepta jugar al test de preguntas rápidas de ElDesmarque. Le hacemos una ristra de preguntas con las que conocemos cuáles son sus gustos en cine o literatura y nos confiesa que es fiel admiradora de Michael Phelps. Con sus respuestas, la nadadora nos ayuda a ver a la chica que queda cuando sale del agua.

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