El deporte siempre deja historias que emocionan y un caso que define esta afirmación a la perfección es el de Topher Triviño, un jugador valenciano de pádel en silla de ruedas que este pasado fin de semana revalidó el título en el campeonato de España de pádel de su categoría por quinto año consecutivo junto a su pareja, el jugador vasco Edorta de Anta. Entre la emoción de la victoria, habla para ElDesmarque de por qué dio al paso a aventurarse en este deporte: "Fue gracias a una amiga. Había un club muy pequeñito en Alboraya, vio a unos chicos en sillas de rueda jugando y me dijo: 'Ves a jugar'. Fue gracias a ella, que me motivó y me hizo ver que había gente como yo que estaban disfrutando de algo que es tan bonito. Luego yo, que me gusta tanto el deporte, me fui enganchando".
En esta entrevista, que puedes ver en el vídeo de la parte superior de la pantalla, habla de las siguientes cuestione:
La verdad es que es una felicidad inmensa porque es muy difícil ganar cinco campeonatos consecutivos porque cada vez el nivel es más fuerte. Era el último año además con mi compañero y tenía un sentimiento muy bonito de cerrar un ciclo tan grande.
La verdad es que es un sueño. Cuando empezamos a jugar, el sueño era llegar a unos Juego Paralímpicos, un Mundial... Ser internacional. Y con el grupo que conseguimos de los ocho mejores de España fue un sueño cumplido.
Se asemeja mucho al pádel convencional. Yo entreno con un entrenador en solitario, hago parte con los compañeros en silla, hago físico... Es como el pádel convencional porque tienes que estar bien físicamente y tácticamente. Tienes que entrenar las dos facetas de la misma manera.
Deberían escoger a gente de nuestro colectivo para sensibilizarse y saber los problemas y las trabas que tenemos día a día, sobre todo arquitectónicas.
Siempre tienes un poco de incertidumbre por si le paso algo a la silla o se puede romper algo. Yo he tenido mucha suerte y nunca me ha pasado nada. Siempre la cuido y lo ato con las cinchas bien antes de salir, pero siempre viajo con la incertidumbre