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El Sevilla en crisis, parte II: los jugadores

En el plantel sevillista ya no hay excusas. Este vestuario está viendo pasar a entrenadores como rosquillas sin sumarse a ningún carro, sin sacar adelante un proyecto y, de verdad, sin dar la cara realmente.

El vestuario nervionense vive los últimos estertores de un relevo generacional en el que siempre iba a salir perdiendo. Era imposible mantener el nivel de los anteriores inquilinos de las taquillas del Sánchez Pizjuán. Pero ese relevo, esa regeneración, debía mantener al menos un nivel mínimo, debía mantener unas exigencias que no dieran al traste con la herencia de los mejores años de la historia del Sevilla, la competitividad.
Pero no ha sido así, aquella herencia se ha perdido. Este equipo ha dejado caer en saco roto lo mejor de aquel grupo para quedarse con lo peor, el acomodo de los últimos años y la falta de compromiso.
Si el Sevilla fue tan grande, si logró tantos títulos, fue porque a su enorme calidad técnica sumaba una enorme calidad competitiva. Sus jugadores lo llevaban en sus genes. Por eso, cuando la calidad técnica baja, algo evidente observando los futbolistas de uno y otro plantel, lo menos que se puede hacer es mantener el nivel competitivo. Este equipo lo tiene a cuentagotas, seguramente menos que la calidad.
Es cuestión de realidades. Los porteros ya no salvan puntos, los centrales no son fiables, cuestan puntos y partidos de cada terna de encuentros, los laterales son cumplidores, el centro del campo tiene algunos rayos de luz, como el Rakitic de este curso, o el brillo que empieza a desprender Kondogbia, o el Medel centrado, pero tiene muchos rincones oscuros, como la falta de competitividad de Campaña (José, despierte usted por favor), las peores versiones del chileno o la poca gasolina de Maduro. De ahí en adelante el análisis es sencillo, Navas y Negredo. De lo demás paren de contar. Reyes se ha convertido en un futbolista de ratitos, y a veces ni eso. En un año en el Sevilla sus buenas actuaciones se cuentan con los dedos de una mano, y sobra al menos un par. Perotti se lesiona día sí y otro también. Su carácter no va acompañado de su físico. Manu del Moral es de relleno para un equipo como el Sevilla y Babá no se sabe lo que es, lo que a día de hoy, tristemente, es una concepción benévola.
Ese es el equipo del Sevilla de hoy. Si todo va a las mil maravillas, si nada se cae, nada se mueve, puede ser un equipo incluso 'top'. Pero las temporadas son muy largas, los jugadores inconsistentes, y el Sevilla los tiene, a 'puñaos'.
Así las pintan.
 
'El Sevilla en crisis, parte I: el entrenador'
'El Sevilla en crisis parte III: la dirección deportiva'.
 

 
aramirez@eldesmarque.com

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