Obligado por la economía, determinado por algunos errores del pasado reciente, el Sevilla se ve obligado a cambiar su paso sobre la marcha en este mercado invernal y en plena temporada.
El conjunto nervionense ya se ha reforzado, ha llegado stevanovic, que no es más que el primer paso de una reestructuración del plantel sobre la marcha y con la temporada en curso para adaptarse a las urgencias económicas que le apremian. Será probablemente este mes de enero cuando tenga que vender a alguno de sus activos deportivos (¿Rakitic?), o será en verano, pero lo cierto es que el club nervionense ya está planteando otro Sevilla para el futuro a corto o medio plazo.
Un Sevilla en el que habrá menos jugadores punteros, porque no los puede mantener, y en el que intentará reflotarse a sí mismo con lo que no ha tenido en los últimos años, acierto.
En todo caso, más allá de la reestructuración dentro de la reestructuración, lo que está claro es que tanto cambio, tarde o temprano, representa una auténtica incógnita en un equipo que está ya reduciendo sus prestaciones. El mal papel completado hasta ahora no se sabe bien si será corregido metiendo el bisturí en pleno mes de enero o si por el encontrario la herida podría crecer incluso.
Lo único claro es que este Sevilla se ha convertido precisamente en eso, en una incógnita en su máxima expresión. Ya no es fiable, ya es impredecible. Es, pues, otro Sevilla.
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