Es Noticia

'Crack TV'

En el fútbol se avecina un auténtico retorno al pasado, económico sobre todo. Cada vez está más cercano el tiempo en el que los fichajes casi se puedan contar en pesetas y en los que los frutos de la casa sean los más recurrentes. El fútbol, sobre todo el español, está en los prolegómenos de un auténtico crack, al margen de la irrealidad asistida en la que viven el Real Madrid y el Barcelona.

Los clubes normales, los que no reciben inyecciones económicas multimillonarias, se están ya apretando el cinturón y cuanto antes reestrcuturen su día a día más tiempo tendrán ganado. El modelo actual se sustenta en la primacía de los ingresos televisivos, primacía evidente por cantidad, pero al mismo tiempo se ha creado una dependencia tal de los operadores que se han descuidado otros sustentos económicos que antaño eran los que permitían que los clubes sobrevivieran.
Sobre todo, se ha descuidado al socio, al abonado. Hace un par de décadas, las cantidades que ingresaban los clubes de fútbol por carnet de temporada representaban una importante parte de su presupuesto. Por obra y gracia de la burbuja televisiva pasaron a ser, si no residuales, sí secundarias. Tan secundarias que a los pies de la televisión se ha presentado, año tras año, la cabeza del aficionado común, para que los operadores la canibalizaran en pro del aficionado de sillón. Pero el aficionado de sillón, cuando la televisión lo abandona, no va al campo. Es el socio de toda la vida, el que ha vivido el fútbol desde el cemento, el que dota a la entidad de recursos con su propio dinero.
El caso es que los aficionados han recibido y reciben tal maltrato, con los horarios, las fechas, las distinciones, han pagado tanto los privilegios de otros y la falta de ecuanimidad, que se ha cansado. Cada vez acude menos al fútbol, ya no le resulta ni rentable ni apetecible pagar por unos partidos que no podrá presenciar. Y ahora los clubes se quejan amargamente del maltrato, cuando son ellos, únicamente ellos, los clubes que forman la Liga de Fútbol Profesional, los que han permitido que la televisión se convierta en el único sol que caliente sus frías arcas.
Todo habría sido más lógico, más ecuánime, si aquellos derechos que empezaron a venderse hubieran ya ido empaquetados en los intereses comunes. Pero entonces interesaba el mercadeo, entonces interesaba arañar unos millones de euros más en pos de un futuro brillante lleno de fichajes desmesurados. Entonces nadie alzó la voz en nombre del aficionado, porque entonces no interesaba.
Ahora, que adviene el tiempo en que la televisión dejará de ser maná, se enarbola el nombre del socio, el bien común del aficionado, cuando en realidad los propios clubes han dejado que un externo lo malatrara ante sus mismos ojos.
Vienen los lamentos, pero no serán nada comparados cuando los mismos operadores empiecen a recortar cantidades, empiecen a explotar la burbuja y dejen a los equipos de la realidad de la Liga española sin cámaras que tapar sus vergüenzas y sus errores económicos, ni en lunes ni en viernes ni en sábado ni en domingo. Y entonces recurrirán al aficionado y pedirán justicia en su nombre.
 

 
aramirez@eldesmarque.com

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar